blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

LA VERSIÓN ORIGINAL EN ANDALUCÍA: UNA ASIGNATURA PENDIENTE



La versión original en el cine, inexistente en la televisión, continua teniendo cuotas muy bajas de espectadores en Andalucía.

El acento latino de Javier Bardem o Penélope Cruz volvió a ser objeto de burla, esta vez en la gala de los Oscar, donde el presentador, Seth MacFarlane, bromeó sobre el dominio del inglés de los actores hipanohablantes a quienes “no se les entiende pero son muy atractivos”. Tal vez si Javier o Penélope hubieran crecido viendo cine y televisión en versión original en la España de los años 70, como sí tuvieron la oportunidad de experimentar otros muchos actores de habla extranjera de su misma generación, el acento inglés de la pareja española sería más accesible para sus colegas americanos. La anécdota indica una laguna más profunda: el déficit que supone la inexistencia del bilingüismo como pauta educativa en España desde hace varias generaciones. Que un 63% de los españoles, según un barómetro del CIS de 2010, no hable ni entienda un idioma extranjero es algo de lo que no es culpable ni el cine ni la televisión, aunque sea un hecho que en Europa hablen más lenguas y mejor quienes ven películas y tele sin doblaje.

En nuestro país son muy pocos los que escogen ver una película en versión original subtitulada en el cine, menos de un 3%, aunque tampoco hay muchas salas [addtoany]

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DESPUÉS DEL DILUVIO




Una ciudad no puede sentirse fracasada, al menos culturalmente, cuando a partir de la semana que viene colgarán de sus paredes fotografías de Marina Abramovic y de Robert Mapplethorpe. Discrepo del Vicerrector Torres -que se refería con fracaso a la marcha de la colección Citoler-  por el carácter histórico e indiscutible que tendrá la Bienal de Fotografía 2013. Un acontecimiento-catarsis que nos concederá durante dos meses la sensación de flotar entre los restos del naufragio, llevándonos a la irrealidad y a provocando nuevas sensaciones en el espectador. En Afoco, padres de la cita bianual, siempre han dicho que Córdoba tiene una gran imagen latente y creo que llevan razón: poseemos mucho material invisible que debería descomponerse y revelarse para darnos las claves del desastre. Pero volvamos al arte.
Me muero por entrar en la cocina de la serbia Marina Abramovic, una referencia del arte contemporáneo, que estará en su espacio adecuado, la Iglesia de la Magdalena. ‘The Kitchen’ es el centro de su mundo infantil y del enfado con el poder divino textos de Santa Teresa de Ávila mediante. De allí a Vimcorsa, anfitriona del erotismo clásico de Robert Mapplethorpe, cuyo ‘Portfolio’ se intuye como un efecto llamada para espectadores de fuera por las escasas veces que la obra de dicha celebridad se ha visto en Andalucía. En esta sala también habrá movimiento con una videoinstalación de Jesper Just. Un anónimo espectáculo que contrasta con la oscura y fragmentada obra de Pierre Molinier en la sala Iniciarte. Y eso tan solo en la sección oficial.
Aplaudo también la construcción de la sección paralela, democrática y masiva, con 93 propuestas de las que han salido 7 exposiciones. Y en la Bienal Off , las  salas privadas de la ciudad arrimando el hombro, más un foro de expertos en abril que afinarán miradas y criterios. Así que con este inminente horizonte prefiero pensar que las cosas se pueden hacer muy bien de otra manera antes que recrearme en el fracaso. Justo lo que le deseo a la recién anunciada cátedra universitaria de Arte Contemporáneo. Ya que después del diluvio previsto para el arranque de la Bienal, solo podremos florecer.

PECHAKUCHA




Dice Wikipedia que el onomatopéyico término de arriba deriva de otro  japonés que imita el sonido de una conversación. Estaba equivocada entonces al autocreer que la palabra también nombraba a un evento lanzado al mundo desde alguna obra social euskaldún. Lo que sí intuía desde hace años es que cualquier ciudad que se sienta moderna, que avanza y que se ilusiona por lo nuevo generado desde dentro debe tener al menos un Pechakucha al mes. Córdoba disfrutó del primero anoche, en el Teatro Cómico Principal, en un momento de modernidad por el subsuelo, de nulo avance y de escasa ilusión.
El acontecimiento tuvo y tiene por norma una sencilla estructura de 20×20. Veinte proyectos relacionados con la industria creativo-cultural expuestos en veinte diapositivas o, traducido en tiempo, en 6 minutos y 40 segundos. La filosofía de los 140 caracteres llevada a la presentación de proyectos con el propósito de honrar a esa nueva religión que es la capacidad de síntesis. Pero anoche en Córdoba no se llegó al mínimo y no se expusieron los requeridos 20 proyectos. Ni siquiera se llegó a 16, que hubiese sido como cerrar un círculo, y nos tuvimos que conformar con 10 en total de los que solo 7 eran cordobeses: una iniciativa para promover el uso de la bicicleta, una cerveza artesanal que apuesta por el diseño, una comunidad empresarial que quiere ir más allá del coworking, un huerto urbano, social y ecológico que recupera un solar público de la Fuensanta, un espacio físico para hacer realidad proyectos, una empresa que oferta talleres creativos y un institucional Proyecto Lunar, que debería haber sido cascarón de huevo.
Dicho lo cual y tras 9 años de pechakuchas en ciudades de todo el mundo, el evento se ha convertido en una metáfora de nosotros mismos:  llegamos tarde y mal ya no al futuro, sino al presente. Si a eso lo añadimos que han tenido que venir de fuera para organizárnoslo y que no han participado en este escaparate todos los que son nadie sabe por qué, el resultado es que la parte creativo cultural de la ciudad va a 7×20. Se anuncia que la próxima noche onomatopéyica caerá en 16 y en mayo. Una señal.

UN CORTO, UN GARAJE Y MUCHOS CÓMICS

El realizador José Luis Arjona rueda en un garaje de Córdoba ‘El Cómic, un corto con animación y personajes reales.


Foto: Madero Cubero/Cordópolis
                                                                  
Existe algo en común entre Microsoft, Apple, HP, Google y Youtube: todas estas empresas nacieron en garajes o en sótanos. Nuestro tiempo ha vuelto a poner de moda estos espacios oscuros, domésticos e independientes que para muchos aun tienen el aroma de la semilla del éxito ya no solo en los proyectos tecnológicos, sino también los creativos y artísticos. Muy cerca de la estación Luis de Góngora de Córdoba, José Luis Arjona, de 29 años, ha montado su productora y estudio, Arjona in Frames. Allí, en el sótano de casa de sus padres y junto a un equipo de diez personas que trabajan por amor al arte, remata su última criatura en formato cortometraje. ‘El Cómic’ es un ambicioso proyecto que desarrolla animación y personajes reales en dos historias paralelas con el trasfondo del cómic y los superhéroes de los años 40.
“La historia gira en torno a dos historias, una real y otra de animación” cuenta José Luis. “En la primera, Félix es un dibujante que tiene en su poder el cómic más buscado de la historia”, (un cómic imaginario que han creado ex profeso para este corto) “y que  en un momento dado pierde y empieza a buscarlo de una forma simbólica. En realidad, busca un trozo de sí mismo que ha perdido. Paralelamente contamos la historia que ocurre dentro de ese cómic protagonizada por un detective, Dennis, en el Nueva York de los años 40 que también busca algo: a un amigo suyo, un anciano chino desaparecido”. Ambas son historias de caídas y de resurgimiento. Y de superhéroes, ya que se sitúan en una época en la que el público de los tebeos empieza a darle la espalda a los personajes humanos -detectives, policías, vaqueros o astronautas- a favor de los superhéroes (el personaje de Supermán, por ejemplo nació en 1938). Los  dos relatos que une ‘El cómic’ no van entrelazados ni se mezclan a lo Roger Rabitt, ya que cada uno cuenta una historia distinta, pero que sí van cogidos de la mano porque...