blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

RESISTENCIA



Me pregunto por qué Eutopía no habrá ocupado el espacio que ha dejado libre Cosmopoética en primavera. Con la de tiras y aflojas que la Junta ha tenido con el Ayuntamiento (también) por esta cuestión, presupuesto aparte, no se entiende la decisión de plantarlo en diciembre. El festival poético le robó al joven su lugar otoñal en el calendario y éste ha pasado de estar bajo el agua a sacar la cabeza para tomar aliento durante el puente de la Constitución. Y algo es algo aunque sea en versión mini, claro que sí, pero ver a M Clan en La Axerquía con el forro polar hasta las cejas en una ciudad a punto de nieve, pues no pone mucho por muy gratis que sea. Para eso ya tenemos al Barça en El Arcángel dándolo todo por la cultura futbolera muchos euros mediante.
Eutopía ya no es europeo. Nació con este calificativo para darle cancha a la utopía de la Capitalidad y tras el fracaso se lo usurparon. Igual que el millón y medio de euros (menos) que separa la primera edición de esta próxima o aquella previsión de más de 50.000 espectadores en unas calles sobre las que siempre llovía. Una alegoría de la ciudad misma tras tantos palos, que ya ni se siente europea ni tiene un euro ni espera nada. Pero también una rendija de luz por su fe en la cultura y el consumo cultural de los jóvenes, que, según una encuesta realizada por el Ministerio de Cultura, son los que visitan más museos, asisten a más espectáculos, leen más, van a más bibliotecas y realizan más prácticas culturales activas.
Encerrar el flamenco en un cómic es de lo más sustancioso de esta edición. La exposición del proyecto coordinado por Carlos Pacheco va a mostrar cómo esta generación ya no le da la espalda a ningún palo de un género del que tanto pasamos la generación precedente. La tristeza viene por la desaparición del Festival de Cine Instantáneo tras más de diez ediciones, una acción genuinamente nuestra que daba más sentido a Eutopía que la sola presencia de Prodigy. La resistencia es fortalecedora, sí, pero no hay que olvidar que la cultura principalmente resiste alimentado la base: abasteciendo de libros, música, películas y cómics las bibliotecas.

ESTRENAR O NO ESTRENAR: ‘LA MULA’ DE MICHAEL RADFORD




La película, ambientada en la Andalucía del final de la Guerra Civil, ya tiene vía libre para llegar a las pantallas.

Aunque estos días la mula protagonista ha sido la desahuciada del portal de Belén, otro animal del mismo nombre, aunque de celuloide, ha vuelto a saltar a la opinión publica. Pero conozcamos antes sus antecedentes: Michael Radford quiso estrenar su película ‘La Mula’, una historia ambientada en la guerra civil y rodada en Andalucía, en el Festival de Cannes en 2010. Pero el director de ‘El cartero (y Pablo Neruda)’ abandonó el rodaje pocos días antes del claquetazo final. El (presunto) motivo era la falta de dinero por parte de los coproductores británicos e irlandeses. La otra parte, la productora española, Gheko Films, propiedad de Alejandra Frade, la hija de José Frade, sí estaba al día en los cobros, según declaró entonces. Era finales de octubre de 2009 y a los pocos días, el director negó que hubiese desertado: “¿por qué iba a querer abandonar la película después...

MARÍA DE MEDEIROS: “En Córdoba hay una intensa atmósfera artística”



Hay quien la ha visto paseando por el Bailío o por La Corredera. O ha creído que era ella: la enigmática y polifacética portuguesa residente en Paris María de Medeiros (Lisboa, 1965). A la artista le hablaron de Fernando Vacas y de su casa-estudio en el Juramento, y esta actriz, pintora, cantante y realizadora tardó muy poco en plantarse en Córdoba para conocer al músico y productor. La recomendación había venido de boca de Raimundo Amador, cuya guitarra acabó rasgando flamenco en el último disco de Medeiros, ‘Pájaros eternos’, recién editado y grabado en una Córdoba ante la que María cayó rendida. Un factor de inspiración para su tercer trabajo, en el que debuta como compositora. Cada canción del álbum, además, va asociada a una ilustración realizada por pintores y dibujantes de prestigio (de Javier Mariscal a Marjane Strapi), o incluso por ella misma coloreando canciones basadas en el jazz y la música brasileña, con huellas de fado o flamenco, además de una versión de Adriano Celentano. Charlamos con una femme europea y efímeramente local.

              ¿Qué le ha añadido Fernando Vacas a tus primeras composiciones?
Fernando fue el primer “oído” de las músicas y su presencia atenta y generosa fue una ayuda psicológica preciosa, sin intervenir en las composiciones.
              ¿Te han inspirado más las calles estrechas, los patios, las tabernas, la luz o la gente de Córdoba?
Todo me ha inspirado en la ciudad. Sin duda las calles, la luz y sobretodo la calurosa simpatía de la gente. Pero también el salmorejo, al que me hice adicta, y los restaurantes deliciosos....

MAPAS




Desde París, Córdoba se ve al revés. Con el río arriba y la sierra abajo. Una vista de pájaro cuyo enfoque a lo mejor expresa inferioridad, debilidad y hasta cierta sumisión de la ciudad. Depende de quien la mire. Así fue como la miraron los franceses de hace doscientos años, concretamente las tropas napoleónicas, los primeros en realizar un plano científico de nuestra trama urbana. Un mapa detallado y despojado de todo idealismo conocido como ‘El plano de los franceses’, que estos días se exhibe recién restaurado en el Museo Julio Romero.
Los mapas cuentan algunas verdades desde la mentira. Éste en concreto devuelve la imagen de una Córdoba preindustrial y deprimida. De una ciudad vetusta que llevaba varios siglos durmiendo la siesta. Es fascinante plantarse ante su tela y descubrir como la toponimia de muchos rincones aun permanece, además de percibir a la ciudad encerrada en sus murallas, dividida en Villa y Ajerquía, con huertas y algunos barrios extramuros. Una red laberíntica de callejuelas, manzanas irregulares y cul-de-sac (callejones sin salida), que proviene de su historia: de un entramado fosilizado desde lo árabe y de una estratigrafía que siempre hará de Córdoba una ciudad orgánica.
Los franceses necesitaron esta información para la gestión. Y regalaron una herramienta clave para la ciudad: un puente entre el pasado y la contemporaneidad social y urbanística. La llave de la modernidad. Pero como nada es coherente en esta vida, a pesar de su mirada en picado, el plano de 1811 se levantó desde el subsuelo. Lo hizo un ingeniero de minas a partir de la ‘geometría subterránea’ y por eso existen tantos errores de apreciación. Córdoba quedó retratada entre el cielo y el suelo, que es como continúa. Y desde París, me da que aún nos ven más en el pasado que en la modernidad. Con el norte perdido.