blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

EL LABERINTO

Es viernes y anochece. Jota, un perro de la Judería, nos lleva sin rumbo a ninguna y a todas partes. Sentimos el picor del polen en la garganta. Es Córdoba, es mayo, hay patios y hay pesimismo. Pero también hay sorpresas a la vuelta de la esquina. La primera, doblando la de Rey Heredia con Osio. Una herida en una puerta blanca desvela un nuevo patio de mi casa. Varios, en realidad, que son la mirada contemporánea de dos mujeres, Rosa Lara y Marga Merino -arquitecta y artista- sobre dicho concepto espacial: un jardín vertical, una celosía y unas rejas artísticas. Más allá, en otro patio, un estanque en la pared y en un tercero, aparece el ‘pozo de los deseos enjaulados’. Ambas aguardan a que broten flores blancas y a que haya sombra, la que darán toldos artísticos y bóvedas de glicinias para cobijar a todos los palos del flamenco. Es un patio público, se entra por Rey Heredia 22 y ya cuenta como nuevo espacio para la cultura.
Callejeando hacia poniente, nos llega la brisa de trece miradas a la Capilla de San Bartolomé. Ese deslumbrante espacio mudéjar, que durante años se creyó mezquita de Almanzor, lo han fotografiado 13 mujeres llenando las bóvedas de ojos. El martes habrá jazz para celebrarlo: guitarra y voz rebotando en sus geométricos azulejos. Ojos mirando a los ojos que miraron las intervenciones en la capilla.

Al sur, viendo los árboles y el río, entramos en el Laberinto. Huele a como huelen las letras impresas hace siglos. Hay libros de cine, de la república y de la guerra, colecciones completas, muchas ediciones de clásicos como El Quijote o Hamlet, cómics y libros diminutos. Una librería suspendida en el tiempo que mira hacia el mismo lugar que el muro de la quibla. Un espacio tan real como los anteriores que descubre cómo solo en el laberinto que existe alrededor de la Mezquita, Córdoba se mueve con pequeños grandes pasos. Aunque sean lentos, aunque la    ciudad parezca que bosteza, revelan como ficticio que esto sea la nada cultural. Pese a todo.



LA PLAZA DEL PUEBLO






































La invitación es a tomar la plaza. Eso que da tanto miedo ahora depende de para qué. Si a uno le van las cruces o es caracolero puede estar tranquilo porque quedará libre de sospecha. Pero si lo que le apetece es activar las neuronas y el arte cantando, danzando, recitando o haciendo una performance se la jugará ahogado en permisos, tasas municipales y requisitos inverosímiles. Pero aun existe quien domina al miedo con inteligencia cultural, entre ellos la plataforma ciudadana ‘Emplazarte’. Un grupo de personas que se hacen humanas en las esquinas reclamando cultura desde la base y la libertad. Ellos son la calle. Ellos son la resistencia a la nada.

Lo más bonito de su plan, además del momento y del lugar, es el juego de pistas que proponen para encontrar la plaza que emplazan. Dejando miguitas de pan en las redes sociales: “demasiado dolor para una calle (…) en la que podremos...

“Córdoba pecó de inocente”

         El libro ‘El viaje a ninguna parte’ analiza el fracaso de la ciudad que optó por capitalidad cultural
         de 2016

 Córdoba 25 ABR 2012 


Ellos no lo sabían, pero quienes estaban en el salón de actos del Ministerio de Cultura el 28 de junio de 2011, formaban parte de una obra. La ministra y exalcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar representaba un papel; el actual regidor, José Antonio Nieto, y su inmediato antecesor, Andrés Ocaña, otros dos. Técnicos, políticos, artistas, redactores, fotógrafos… Todos eran héroes de un drama griego en busca de un vellocino de oro que se convirtió en quimera: la obtención de la capitalidad cultural europea en 2016, a la que Córdoba se postulaba como favorita y que finalmente consiguió San Sebastián.

Aunque tampoco lo supieran entonces, la periodista Marta Jiménez y la escritora Elena Medel, presentes en el salón del Ministerio, también encarnaban sus respectivos personajes, como reportera y asesora cultural. Pero, como a veces ocurre en el teatro, ambas optaron por salir de la representación y convertirse en narradoras. Dos cicerones que cuentan la enrevesada historia de cómo 

GASTROPOESÍA






























“También se debe cantar en los tiempos oscuros”. Lo que Bertolt Brecht aconsejaba hacer en medio de las calamidades lo ha tomado como un mantra la editorial La Bella Varsovia, que en lugar de entonar ha decidido encender los fogones en la Feria del Libro de Córdoba. Mañana presentan su publicación más ambiciosa: “A gustar convidan”, una obra con poemas, con recetas de cocina basadas en versos y con fotografías de los 13 autores cordobeses que escriben, comen y posan. Una obra de gastropoesía que huele, cruje y sabe. Un libro nutritivo.

El cocinero  cordobés José María González Blanco -formado en Arzak, que firma el prólogo, y en el Bulli- es quien se encarga de realizar magia en su cocina-laboratorio: convirtiendo una metáfora en un globo de mozzarella, inyectando una base de ajo negro a un paralelismo, construyendo el epíteto de la blanca arena con regañás y oro en polvo, o creando con nudos de yogur una metonimia. En el libro no se deconstruyen los platos sino los textos. Ingrediente a ingrediente se pelan las capas del poema. Se revelan sus mecanismos. Se psicoanaliza...