blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

LOCALWIZ

Córdoba cabe en un “iPhone”. La oferta turística de la ciudad ya está en la tienda online de “Apple Store, que cuenta con millones de descargas en el mundo. El jueves se presentaba en la Ermita de la Candelaria “Localwiz”, la primera guía de la ciudad que se lleva en un teléfono inteligente. Y se mostraba ante una minoría -la mayoría menor de 40-, más dos políticos sensibles a lo que viene. El grueso de nuestros dirigentes políticos y turísticos andaba entre los expositores de Fitur, donde presentaban una ruta del Cordobés, las Fiestas Aracelitanas de Lucena y una web de la Subbética. Las dos citas son realidades paralelas que hablan por sí mismas.

En la ermita supimos datos nuevos. Que a Córdoba vienes 3 turistas por habitante frente al 1.1 de Barcelona, la ciudad más visitada de España. También que un 81% de los turistas que callejean por nuestra ciudad se encuentran a un máximo de 15 minutos andando del epicentro, la Mezquita. Lo demás son márgenes. Así que mientras en la madre de las ferias turísticas todo el mundo hablaba de la innovación, del uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, sin saber muy bien cómo se hace todo eso, la respuesta estaba en casa. El GPS parpadeaba en la Axerquía.

¿Y cómo es esta Córdoba encerrada en la tecnología? Expansiva y con la capacidad de verla con ojos nuevos. “Localwiz” habla de nuestros iconos monumentales, como no, pero también invita a coger un autobús y plantarse en el Parque Figueroa para admirar la arquitectura de Rafael de La Hoz o plantea panorámicas inéditas de la ciudad desde Fray Albino.

Según un congreso internacional celebrado en Berlín hace un mes “la tecnología móvil cambiará dramáticamente la cara de la industria turística en el futuro”. En realidad, todo está cambiando dramáticamente y empresas como Colaborativa, creadora de “Localwiz”, viene a desdramatizar con alternativas multidisciplinares el panorama cordobés. Gente como ellos conforman el patrimonio creativo y emprendedor de la ciudad. O dicho de otro modo, son el champú anti-caspa.

PÉTALOS




Nunca he podido confirmar que fuese Séneca quien pensaba que en Córdoba las rosas crecen en el subsuelo. La cuestión es que la imagen no puede ser más poderosa, además de poética, para definir el estado actual de la cultura en la ciudad. La realidad de que habitamos un lugar en el que la creación fluye por corrientes subterráneas y en donde, a veces, asoman pétalos.

Este subsuelo es un espacio extrapolable a los márgenes. En los textos de la antigüedad y de la edad media lo que estaba escrito en los márgenes era lo verdaderamente importante. Allí se daban las claves para interpretar y comprender el verdadero sentido del texto. Walter Benjamin aseguraba que la verdad siempre está en los márgenes. También la verdad en la cultura creativa contemporánea cordobesa se encuentra en ellos. De hecho, aquí reina la cultura “underground” frente al “mainstream” o cultura principal de forma hiperbólica.

Bajo nuestros pies está la estratificación del pasado cuyos restos se marginan más que se aman y por la mitad de los cuales muchas ciudades matarían. En el subsuelo conviven con los poemas de Medel y García Casado, con las canciones de Juan Antonio Canta, las máscaras de Espaliú o el cromatismo de Equipo 57. Todo eso y mucho más es petróleo que busca perforaciones para llover sobre la superficie. O pétalos, si preferimos un símil más fragante y menos capitalista. Por tanto, si las rosas crecen en subsuelo cordobés ¿el paisaje de arriba solo lo conforman raíces? ¿Es por eso por lo que cuesta tanto moverse? ¿Y no será que nada está en su sitio?

Menos mal que una siempre confía en los cambios de percepción, tan signo de nuestro tiempo. Que conste que desde este mudo rincón dominguero sólo se persigue montar algo de algarabía atendiendo a todas sus acepciones: alboroto, mestizaje y confusión. También este fue el nombre dado al primer árabe que se habló en occidente, cómo no, en la Córdoba andalusí. Pero esa es otra cuestión. La de hoy es la felicidad que otorga colgar el cartel de Abierto en Domingo.