blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

Conflictos

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Las últimas ediciones la Bienal de Fotografía han logrado borrar pólenes y astenias primaverales. Sobredosis folks de macetas y caracoles. Y no solo por la invitación a ver imágenes puertas adentro, sino por ganar galones de calidad en su sección oficial. La maleta mexicana llegó al International Center of Photography (ICP) de Nueva York en 2007. Contenía negativos que se creían perdidos de fotografías realizadas por Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour durante la Guerra Civil española, muchas de ellas tomadas en nuestro territorio. Imágenes que sentaron las bases de la fotografía de guerra moderna. Por milagros cósmicos, parte de su contenido aterriza hoy en Córdoba hasta el 21 de mayo. Y resulta más ilusionante que la maleta conquiste Vimcorsa que Manhattan.

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LA HAZA DEL RELOJ





























La Haza del Reloj es el poético nombre de un paraje. Un trozo de tierra de siembra que no se encuentra en el país de Alicia sino a 56 kilómetros de Cerro Muriano. En Espejo. Justo donde Robert Capa disparó su cámara hace hoy -o mañana o pasado, qué más da- 75 años, tomando una de las fotografías más famosas del mundo, “Muerte de un miliciano”. Primer ejemplo de fotoperiodismo y símbolo de la guerra civil española.


Un arqueólogo cordobés, Fernando Penco, acompañado por un fotógrafo llamado Larrea, recorrieron la provincia buscando el lugar exacto donde se tomó la foto. ¿Por qué, se preguntarán, si siempre se supo que ese lugar era Cerro Muriano? Porque había nuevas pistas. El biógrafo de Capa reveló en 2007 material inédito del Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Estas imágenes mostraban momentos anteriores y posteriores a la famosa foto y daban nuevas claves espaciales del lugar donde se hizo. Fernando y Juan quemaron carreteras y lo encontraron gracias al “decorado” que concedían las sierras de Cabra y de Montilla a las imágenes. Con el hallazgo, publicado hasta en The New York Times, se ha arrojado algo de luz a los misterios que envuelven “Muerte de un miliciano”, como que el protagonista ya no puede ser el anarquista Federico Borrell. También que pudo ser un montaje fotográfico, ya que el frente se hallaba esos días en Montilla, a varios kilómetros del lugar.


Si el arte de la fotografía es mostrar lo que el ojo no ve, Robert Capa y su compañera Gerda Taro revelaron al mundo la tragedia...