blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

Muros

Madero Cubero

Imagen: Madero Cubero

Ni este país ni esta ciudad pueden ir a ningún lugar decente sin resolver el asunto de las cunetas

Uno de los actos más dignos que ha realizado la Córdoba de nuestro tiempo es intentar recuperar la memoria de los proscritos. Al menos de los del siglo XX. Un taller de memoria oral y un doloroso trabajo de documentación del Archivo Municipal con los libros de cementerios, logró poner nombres y apellidos a 2.311 personas de las que, hasta ahora, hay constancia de que fueron fusiladas y arrojadas a las fosas comunes en los propios cementerios de la ciudad durante la Guerra Civil y la posguerra. En total se cree que fueron 4.000 los asesinados. En marzo de 2011 los cementerios de La salud y San Rafael inauguraron Los Muros de la Memoria honrando a los desaparecidos con sus nombres grabados en la piedra. Allí acudieron familiares que lloraron, acariciaron los muros y pudieron poner una flor junto a un nombre. Nunca estuve en un lugar más emocionante.

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Ana Verdú: “No consta una donación de Fernando III para uso catedralicio”

Las vestales eran sacerdotisas de la antigua Roma que tenían la responsabilidad de mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta. Ana Verdú no es sacerdotisa y habita en nuestro tiempo, pero tiene la misión de mantener encendido el fuego sagrado de la memoria de la ciudad. Ella dirige, desde 1992, al solvente equipo de uno de nuestros templos laicos y joya de la corona: el Archivo Municipal de Córdoba. Un referente cultural de primer orden y uno de los archivos más consultados de España.

Así que no resulta insustancial a los ojos de la periodista y del fotógrafo, que en su despacho tenga un lugar de honor la figura del dios romano Jano, simbología de los archivos por sus dos caras: una que mira al pasado y otra al futuro. La escultura que disfruta cada día esta archivera tiene las caras de Sócrates y de Séneca, quienes conviven en su hermoso despacho con varios vaciados del sello de la ciudad de 1284, regalo del Archivo Histórico Nacional. “Es una foto de la ciudad del siglo XIII y este es el sello de Córdoba y no el del león rampante, que es el de la provincia”, explica con determinación la archivera. Es la primera pista que nos da esta mujer seria y amable de su alto sentido de la historia, lo que la hace ser capaz de indignarse ante la menor tropelía o amenaza al rigor.

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