blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

An Englishman en Los Califas

Sting cierra con sus ‘greatest hits’ de ahora y de siempre, de The Police y de sus últimos discos en solitario, la 35 edición del Festival de la Guitarra en la Plaza de Toros

Marta JiménezMarta Jiménez@radiomarta

Un verdadero gentleman no sale al escenario con puntualidad británica, sino que lo hace cuatro minutos antes. A las 22,26 exactas del domingo Gordon Matthew Thomas Sumner emergió abrazado a su bajo en el ruedo de Los Califas. Lo acompañaban guitarrista, teclista, corista, violinista y batería, e hizo los honores de su primera vez en Córdoba -fiel a su camiseta ceñida pero abandonando su tradicional tez barbilampiña- con If I ever lose my faith in you. Al hervidero del coso le había puesto el sofrito Raimundo Amador invocando a Camarón, a Pata Palo y a la Farruca. El resto de los ingredientes del puchero provinieron de los grandes éxitos anglosajones de The Police y de Sting en solitario, todo ello regado con el caldo de la nostalgia.

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DE TOROS Y AVIONES

¿

En serio que Córdoba es la ciudad que más ha contribuido al engrandecimiento de la fiesta nacional? ¿Que desde hace más de 500 años el toreo late en el corazón de los cordobeses? Todo eso afirmó con gran certeza el Presidente del Círculo Taurino en el coso de la democracia de la capital, el Pleno Municipal del pasado martes. Con ello justificaba lo que ninguna capital ni española ni francesa se ha atrevido a reclamar por muy taurina que se sienta: ser la primera ciudad que eleve a la Unesco que la Fiesta de los Toros sea Patrimonio Intangible e Inmaterial de la Humanidad.

Córdoba hará el paseíllo en una arena perdida de antemano, gracias a un acuerdo entre PP y UCOR que Ecologistas en Acción ya ha anunciado recurrir. Mucho me temo que será aquí donde suenen los avisos de la institución europea. Porque por mucho arte y raíces que tenga la fiesta, será muy difícil que un espectáculo que como proclama Vargas Llosa, también está “impregnado de violencia y crueldad” -a lo que añadiría de machismo-, y que además no goza de consenso entre la ciudadanía, sea patrimonio de todos. Para colmo, este anuncio es un agravio para la candidatura de los patios por mucho que su petición sea posterior. Un despropósito que nos perpetuará como eternos perdedores.

Barcelona también contribuyó al engrandecimiento de la fiesta y la prohibió. En Córdoba, si el toreo palpita en el corazón de los cordobeses no luce porque rara vez éstos llenan la plaza. Y eso que hubo tiempos no muy lejanos en los que se fletaban aviones para ir a México a ver a toreros candentes. Sólo por eso hay que proponer matar de un tiro a dos pájaros que nunca volarán: Que ese signo de la decadencia llamado el avión cultural no se quede sin uso y se convierta en contenedor de la oficina de la candidatura taurina. Y ole.