blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

REM




Dicen los expertos que la mayoría de los sueños que se recuerdan ocurren durante la fase REM, esa en la que nuestros ojos se mueven con rapidez bajo los párpados. Una etapa que también se la conoce como sueño paradójico porque el cerebro está muy activo pero toda la masa muscular se encuentra relajada, casi paralizada. En un sueño similar se ha debido convertir esta ciudad para otro Rem, Koolhaas, millones de euros mediante. Al arquitecto holandés debe haberle embargado el extraño sentimiento de que su primer edificio proyectado en España –en Miraflores, futuro campo de patatas- cayese en un sueño paradójico al ser activo como símbolo contemporáneo de una ciudad milenaria, pero pasivo por quién debía impulsarlo, la masa política.


‘Out of time’ fue el disco más exitoso de un tercer REM, un grupo de Georgia que definía en su título el hecho de estar fuera de tiempo. Como cada cosa tiene el suyo, el de Koolhaas en Córdoba acabó hace unos años y en el tiempo nuevo, más sostenible y sensato, resultaría económicamente salvaje trazar su línea horizontal al otro lado del río. Me apena porque ya nunca sabremos cómo este edificio hubiese transformado la ciudad, tocada por el genio de un Rem arquitecto capaz de llevar turistas hasta para ver una tienda. La que diseñó para Prada en el SoHo neoyorquino, un espacio donde el consumidor se siente una estrella aunque no compre nada.


Oporto inauguró su obra más relevante, La Casa da Música de Rem Koolhaas, un año después de que celebrase la Capitalidad Cultural. Aquí nos quedamos sin lo uno ni lo otro, pero tenemos mucho por delante. Un futuro en donde se quiere llevar al turismo de congresos a un espacio que, aunque transformado, fue cimentado por Arenal 2000 con el nombre de Miguel Castillejo –pesadillas REM del pasado-, y con vistas a dos grandes superficies. Una metáfora de las alucinaciones cordobesas, típicas de la transición entre el sueño y la vigilia. En realidad, de las promesas electorales. Ese sueño de la política que sólo produce monstruos.