blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

IL DIVO




El domingo pasado recordé a Darío Fo. El dramaturgo estuvo en Cosmopoética hace algo más de tres años, justo cuando Berlusconi acababa de volver a ganar las últimas presidenciales italianas. Fo ironizó aquel día y dijo sentirse “contento y desesperado”. Fue su esposa, la actriz Franca Rame, la que confesó sentir vergüenza de Italia. Recuerdo respirar aliviada entonces por no tener a nuestro alrededor a personajes políticos de la talla subterránea de Il Cavaliere. Un alivio que duró hasta el pasado domingo.

Como fijo que existe al menos uno de los nuevos concejales que no tiene ni idea de quién es Darío Fo y jamás leerá ni verá ninguna de sus obras, le explicaremos que es un comediante italiano que ganó el premio Nobel de Literatura en 1997. A los que han votado como edil a algún analfabeto, permitiendo así que nos represente, voy a tener el descaro de recomendarles una película, “Il Divo”, casualmente italiana, de Paolo Sorrentino, uno de sus jóvenes y grandes directores. Eso sí, vetado por don Silvio, quien posee el monopolio de las distribuidoras.

La película enfoca a otro corrupto, el ex presidente Giulio Andreotti, para hablar tanto de la Italia actual como de cualquier lugar que genera esta clase de monstruos en el poder o con acceso a él. Un retrato cruel con el ex líder de la Democracia Cristiana italiana, quien, poco antes de ser juzgado por corrupción y asociación con la Mafia dijo: «Cuando se preguntó a Jesucristo, en los Evangelios, qué era la verdad, él no respondió nunca». La vida tiene paralelismos que dan miedo.

En dos semanas tomará posesión un nuevo concejal en Córdoba que ha hecho negocios en Italia. Pregunten en Pietrasanta, por ejemplo, al norte de la Toscana y cerca de las canteras de mármol de Carrara. Ese concejal tampoco leerá al escritor Eduardo Galeano, que esta semana ha revelado que “el mundo se divide ahora entre los indignos y los indignados”. Permítanme añadir a los avergonzados.




EL GRAN BAZAR




























Existe una sección en el programa de Buenafuente titulada “Visto en un chino”. En ella, los espectadores mandan fotografías de cosas reales y peregrinas y descontextualizadas que encuentran en estos bazares contemporáneos. Las imágenes son hilarantes y aberrantes, tanto, como las que a veces se ven por la calle Albucasis o por la calle Deanes. Porque si Andreu viniese a pasar un fin de semana en la ciudad, acabaría creando el espacio “Visto en la Judería”.

Hay muñecas vestidas de gitana, carteles de toros para poner un nombre, el que se desee, zapatos con lunares y delantales con volantes. Hasta ahí correcto. Feo pero lo suyo. Ahora bien, espadas toledanas y armaduras neo-medievales, sombreros mexicanos en los que pone Córdoba, maracas, delantales con obras de Miguel Ángel o de Los Uffizi, como si a la vuelta de la esquina estuviera la Piazza de la Signoria, camisetas y gorras y azulejos llenos de frases de mal gusto o de idioteces supinas… todos esos objetos se venden en la Judería de forma incomprensible. Pasen y vean.

No voy a criticar lo que cada cual ofrezca en su bazar turístico, faltaría más. Sólo que me gustaría que hubiese negocios más cool en esas tranquilas callejuelas. Seguro que quienes nos visitan los merecen. Aunque lo que es superior a mis fuerzas es que este museo de los horrores cuelgue de la fachada de cada comercio con total impunidad. Que un vecino no pueda tocar ni la reja de su fachada por aquello de la conservación de lo patrimonial cuando el local de al lado campa a sus anchas con objetos dignos de un desprendimiento de retina. Resulta muy inadecuado y daña irremediablemente la imagen que proyectamos en los visitantes. Y eso también es patrimonio.

HISTORIA DEL SOLDADO de IGOR STRAVINSKY


CRÓNICA DE JUAN MIGUEL MORENO CALDERON JUAN MIGUEL MORENO CALDERON 29/03/201

XIV Festival de Música Contemporánea.
Actores: Marta Jiménez, Rafael Carlos Padilla y Juan Carlos Villanueva.
Solistas de Sevilla: director, Miguel Angel Gris.
Titirimiusik: Director artístico, Joaquín de Haro

El pasado sábado tuvo lugar en el auditorio del Conservatorio Superior uno de los momentos más esperados del XIV Festival de Música Contemporánea, evento auspiciado por los departamentos de Cultura del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía y cuyo director artístico es el conocido compositor Juan de Dios García Aguilera. Se trata de la puesta en escena de Historia del soldado , un cuento del suizo Charles Ferdinand Ramuz al que Igor Strawisnki puso música en 1918, convirtiéndose la partitura a la postre en una de las obras emblemáticas del genial ruso, figura esencial en el devenir de la música del pasado siglo. El espectáculo estuvo basado en la película de animación, ganadora de un premio Emmy en 1984, que sobre la obra musical fue creada por el dibujante estadounidense Oscar Robert Blechman. En cuanto al doblaje de las voces en directo estuvo a cargo de Marta Jiménez como narradora, Rafael Carlos Padilla como el soldado y Juan Carlos Villanueva como el diablo. Mientras que la interpretación musical corrió por cuenta del Ensemble Solistas de Sevilla, bajo la dirección de Miguel Angel Gris.
Ha sido una magnífica experiencia multidisciplinar, gestada por iniciativa de Joaquín Haro, director artístico de TiTiRimiusiK, empresa cordobesa dedicada a la producción de espectáculos en los que la música clásica se vincula con la escena (especialmente, la dedicada a los más pequeños), a través de las voces, la imagen, los títeres o el teatro de sombras. En el aspecto musical destaca la calidad interpretativa individual de cada uno de los miembros del septeto hispalense, enfrentados en el concierto a una obra en apariencia sencilla (en la que predomina una escritura lineal fácil de seguir), pero que encierra una considerable dificultad técnica; sobre todo en lo concerniente al ritmo, algo que el conjunto supo resolver de manera contundente y precisa.

Por su parte, los actores consiguieron impregnar de gran verosimilitud y expresividad el contenido del texto de Ramuz, cuajando una representación entrañable y emotiva. Y el trabajo de producción fue resuelto de manera francamente positiva, logrando una magnífica coordinación entre la proyección de la película, la interpretación musical del ensemble y la intervención actoral. Al hilo de lo cual, cabría concluir que esta apuesta por producciones que relacionan la música contemporánea con otros campos del arte, merece ser alentada con todo entusiasmo
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