blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

La ‘femme fatale’ que se enamoró de Antonio Cañero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Musidora’ vista por Julio Romero de Torres en 1923. Museo de Bellas Artes de Buenos Aires

El miércoles a las 20 h. la sala Polifemos del teatro Góngora acoge el estreno del documentalMusidora, la décima musa del realizador francés Patrick Cazals,

Jeanne Roques (conocida como Musidora) nació en París en 1889 y murió en la misma ciudad en 1957. Fue un arquetipo de femme fatale y la primera vamp del cine: se hizo famosa por su interpretación de Les vampires en la película de Louis Feuillade, que escandalizó por aparecer enfundada en unas mallas, décadas antes de que las pusieran de moda los superheroes del cómic y en una época en la que  lucir pantalones en el cuerpo femenino era toda una transgresión.

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EL PERIODISTA ROMÁNTICO



Rafael Romero Barros fue un extenso humanista cuya labor más desconocida se basó en defender el patrimonio a través de la prensa cordobesa de final del siglo XIX

Rafael Romero Barros (Moguer 1932-Córdoba 1895) fue, en realidad, muchos hombres. Lo asombroso es que todos destacaron en una sola persona con una sola vida: la de un extenso humanista. Su existencia giró en torno a la cultura de su ciudad de adopción hasta el día de su muerte, en la que trabajó por la musealización del patrimonio artístico, realizó restauraciones en la Mezquita y otros muchos edificios, investigó sobre arte, arqueología y urbanismo, pintó bodegones y paisajes, además de ejercer de pedagogo de grandes artistas de su tiempo, entre ellos sus propios hijos. La sombra de uno de ellos, Julio Romero de Torres, ha eclipsado injustamente la estela histórica de un hombre que llegó a Córdoba en 1862 como conservador del Museo Provincial, hoy Museo de Bellas Artes, localizado en el mismo solar donde vivió en la Plaza del Potro. Por ello, el Museo ha dedicado este 2012 a celebrar los 150 años de la llegada a Córdoba de este intelectual que revolucionó la vida cultural en la ciudad.
En aquel viejo caserón Romero Barros puso los cimientos de instituciones que hoy perviven radiantes, tales como el Museo de Pinturas, el Museo Arqueológico, la Escuela de Bellas Artes (germen de la actual Mateo Inurria) o el Conservatorio de Música. Rara vez alguien ha hecho tanto por la cultura y el arte en Córdoba como aquel hombre “de cabeza artística, de rostro enjuto con perilla, de mirada viva y penetrante, inquieto, locuaz e ingenioso”, como lo retrataba el periodista Ricardo de Montis.
Paralelamente a la abundante actividad de su día a día, Romero Barros escribió sobre lo que pensaba, lo que descubría y a las conclusiones que llegaba: realizó crítica de arte, interpretación arqueológica, restauración, difusión y defensa del patrimonio… todo ello con el gran altavoz que suponía la prensa local cordobesa de finales del siglo XIX. Tal actividad literaria ha sido olvidada por la historia, por mucho que el artista e intelectual decimonónico pusiera grandes esfuerzos pedagógicos para convertirla en “crónica periodística”, a través del principal periódico que se editaba en la ciudad durante los 33 años que aquí vivió: El Diario de Córdoba, cuyo subtítulo rezaba De comercio, industria administración, literatura y avisos.

Marta Jiménez/Elena Medel: CÓRDOBA, TRAS EL SUEÑO TRUNCADO DE 2016


Conversar unos minutos con sus autoras aviva las ganas de leer “Córdoba 2016: El viaje a ninguna parte”. No sólo porque la recta final de la candidatura cordobesa a Capital Europea de la Cultura tenga tintes de thriller conspiratorio, que también, sino porque en sus voces se resumen diez años de un proyecto ilusionante y decepcionante al mismo tiempo. Un capítulo agridulce de la historia de nuestra ciudad que cada una vivió desde su posición y en diferentes momentos de la misma. Marta Jiménez, como periodista, estuvo relatando esta aventura desde que echase a rodar. Por su parte, Elena Medel fue la encargada de componer el relato que la delegación cordobesa defendió ante el Comité de la Selección de la CEC. El libro es el reflejo de cómo esta ciudad se volcó con un proceso que, según sus autoras,  en su última fase estuvo plagado de irregularidades y poco tuvo que ver con la cultura.
Texto: Aurora Rodríguez / Foto: Álvaro Peña
“Fue penoso al final, pero durante esos años la ciudad demostró cosas muy positivas que nosotras queríamos reflejar en el libro”

“Córdoba pecó de inocente”

         El libro ‘El viaje a ninguna parte’ analiza el fracaso de la ciudad que optó por capitalidad cultural
         de 2016

 Córdoba 25 ABR 2012 


Ellos no lo sabían, pero quienes estaban en el salón de actos del Ministerio de Cultura el 28 de junio de 2011, formaban parte de una obra. La ministra y exalcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar representaba un papel; el actual regidor, José Antonio Nieto, y su inmediato antecesor, Andrés Ocaña, otros dos. Técnicos, políticos, artistas, redactores, fotógrafos… Todos eran héroes de un drama griego en busca de un vellocino de oro que se convirtió en quimera: la obtención de la capitalidad cultural europea en 2016, a la que Córdoba se postulaba como favorita y que finalmente consiguió San Sebastián.

Aunque tampoco lo supieran entonces, la periodista Marta Jiménez y la escritora Elena Medel, presentes en el salón del Ministerio, también encarnaban sus respectivos personajes, como reportera y asesora cultural. Pero, como a veces ocurre en el teatro, ambas optaron por salir de la representación y convertirse en narradoras. Dos cicerones que cuentan la enrevesada historia de cómo