¿Cómo podemos defender la democracia siendo a la vez tan cínicos sobre ella? se pregunta Adam Price, creador de Borgen
Vivo el gran espectáculo de la política española sumergida, paralelamente, en la ficción de la serieBorgen . Una alegre casualidad. Este es el término coloquial con el que se conoce al Palacio de Christiansborg, en Dinamarca, sede de los tres poderes del estado y nombre de una estupenda serie política que está enganchando a electores de muchos países. ¿Su secreto? Relatar los problemas políticos y cotidianos de una primera ministra danesa que trata de ser decente y no traicionar ni sus principios ni los de sus votantes. Políticos tan distintos como Albert Rivera o Manuela Carmena la recomiendan, y a quien escribe esta columna le está dando más pistas delbackstage del poder que cualquier documental, tertulia de televisión o editorial de periódico.