Beatriz Gimeno (Madrid, 56 años) es una mujer nacida para estar de puertas adentro. Para estar quieta en una crisálida formada por lenguas muertas, libros y reflexión. En su habitación propia se encuentra su lugar en el mundo. Pero, a pesar de esa tendencia y de ese espacio seguro, Beatriz también transita las afueras y se metamorfosea como activista feminista y LGTB, además de diputada de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid desde el año 2015 y de nuevo candidata como número dos para las próximas autonómicas de su comunidad.
Ella sabe muy bien lo que significa tomar partido y que la ataquen con virulencia por ello.
Autora de varios ensayos -el último, Lactancia materna: política e identidad-, Gimeno es uno de los referentes actuales del feminismo en este país. Su visita a Córdoba a finales de marzo para participar en la Escuela de Formación Feminista organizada por el PCA en el instituto Averroes propició esta charla alrededor de lo fundamental de su pensamiento y de su vida: la política, su partido, la cuarta ola feminista, el machismo gay, la abolición de la prostitución, los vientres de alquiler, el rechazo a la imposición de la lactancia materna y, cómo no, las réplicas violentas que todo eso tiene en Twitter.