El director cordobés prepara su nuevo proyecto tras el éxito de ‘Entrelobos’. Se llamará ‘El faro de las orcas’ y se rodará este año en inglés con estrellas internacionales

La primer ruta de este gran viajero fue de Córdoba a Laponia en Vespa. Gerardo Olivares era joven entonces, pero aquel viaje kilométrico por Europa con precarios recursos  ilustra la fortaleza de este viajero que luego fue documentalista y que se ha convertido en el único realizador de cine de naturaleza en España.

Fue el primer español que ganó la Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid con ’14 kilómetros’ y tras el éxito de su siguiente film, ‘Entrelobos’, Olivares ha comenzado a rodar en La Patagonia su nuevo proyecto, una historia real de nuevo con niño, animales y naturaleza que se llamará ‘El faro de las orcas’. Lo curioso es que ha comenzado rodando las escenas de naturaleza en Península Valdés y ahora coescribe el guión de esta historia con Sallua Sehk “una mujer medio siria y medio alemana”, cuenta el director.

En este rincón de la Patagonia rodó el realizador cordobés en marzo y abril “un espectáculo increíble”. Nueve orcas realizando “varamientos intencionados”, una extraña técnica de salir a cazar focas a la playa. El único lugar del mundo donde ocurre y las únicas 9 orcas de las 60.000 del planeta que lo hacen. Junto a ellas un hombre, Beto Bubas, que un día se quedó allí para estudiar este hecho, y que poco a poco cogió confianza, tanta que ahora les toca la armónica y las orcas bailan para él.

Bubas se hizo famosísimo en Argentina y las televisiones le sacaron en múltiples reportajes. Uno de ellos provoco una emoción brutal en un niño autista en Buenos Aires, y su madre decidió llevarlo hasta la península Valdés. Y por ahí va la película. El director anda negociando con estrellas internacionales para los personajes adultos y le gustaría contar de nuevo con Manuel Camacho, el niño de ‘Entrelobos’ para el film. Su deseo es que la película llegue al gran público.

En noviembre comenzará la preproducción de esta gran producción, al menos para una película española, que se rodará a partir de enero en Viena, Fuerteventura y la Patagonia  y que quiere estrenarse a final de 2014.

¿Por qué una historia de ficción y no un documental?
Cuando uno conduce un Ferrari por primera vez, te apetece seguir conduciéndolo y cuando dí el salto del documental a la ficción se me abrió otro un mundo y ésta me parece una historia lo suficientemente chula como para llevarla al cine. Eso no quiere decir que no haga lo que he hecho con Marcos ( el verdadero niño lobo del que rodó un documental posterior, ‘Marcos, el niño de los lobos’) un documental sobre Beto Bubas, que es el hombre en que está basada la historia real. Haremos las dos cosas
¿Cómo descubriste esta historia?
No la descubro yo, la descubre mi productor José María Morales (de Wanda Films) hace ocho años. Él produjo una película entonces allí, en Península Valdés, con Aitana Sánchez Gijón, ‘La puta y la ballena’ de Luis Puenzo. Allí le hablaron de Beto y de su rollo especial con las orcas. José María lo conoció, se hicieron amigos y estando yo rodando en Mongolia ‘La gran final’, José Mari me contó esta historia. En aquella época el cine que quería hacer era otro, ya tenía en la cabeza ‘14 kilómetros‘ y dejé la historia enstand by. Con el éxito de ‘Entrelobos’ le dije a José María que era el momento de agarrar el proyecto de las orcas y llevarlo para delante. Ya que hemos abierto la brecha del cine de naturaleza en España pues queremos seguir.
¿De dónde viene esa tendencia cinematográfica tuya a las historias reales con niños y animales?
Me viene de mi pasado como director de documentales de naturaleza y antropología, eso está ahí. También he viajado mucho por el mundo, he conocido historias fascinantes y creo que no hay que inventarse historias pudiendo basarte en hechos reales, ese es mi punto de vista. Me interesa el cine de naturaleza con mucha carga de realidad y lo de los niños me ha venido así, eso no lo he buscado.

¿Sigues con la idea de hacer una trilogía, que comenzó con ‘Entrelobos’, continuará con ‘El faro de las orcas’ y se cerrará con una tercera película?
Sí. Ya sé cuál será el tercer proyecto pero no lo puedo contar. Se trata de una historia muy conocida también con niño, naturaleza y basada en hechos reales, muy apasionante. Una historia andaluza, de hecho.
¿Y cómo va la búsqueda de estrella internacionales para ‘El faro de las orcas’?
La idea que tengo para Beto es la de una gran estrella de Hollywood que prefiero no decir hasta que no esté cerrado. Quiero una vaca gorda que pese poco. Soy consciente que esta es una película pequeña para una gran estrella, yo no soy conocido internacionalmente ni mis productores tampoco. Sabemos donde estamos pero eso no quita que queramos una estrella internacional para que la película viaje por el mundo. La manera de conseguirlo es tener un gran guión para que esa estrella quiera hacer la película.

En este momento de desmoronamiento de la industria el cine andaluz presume de talento …
Creo que en Andalucía hay mucho arte en general y pa’tó. Y para el cine también. Tenemos un carácter artístico. Quien tendría que apoyar a lo bestia el cine andaluz es Canal Sur. Debería ser la herramienta de los cineastas andaluces para hacer películas con criterio y calidad que lleguen al público. Y ese apoyo no lo tenemos. Nos está pasando como a la gente joven de este país, que nos tenemos que ir fuera para encontrar apoyo y financiación para hacer películas. Yo, por ejemplo, he encontrado financiación de una parte muy importante de mi película en Austria. Aquí no da para más y si hay que llegar al público se necesita dinero, al menos para el marketing y la publicidad y que la gente se entere. Así podremos competir de igual a igual con el cine que viene de fuera.
¿Cómo ves al cine español?
Ahora mismo hay directores importantes sin distribución para sus películas y productores que apostaban por un cine diferente, como Alta Films, que están desapareciendo. No tenemos demasiada ayuda por parte del gobierno y yo no creo que el cine deba nutrirse de los presupuestos generales del estado sino de un fondo creado para el propio cine, como pasa en Francia. En ese país parte de cada entrada que compra un espectador va al fondo de cinematografía cuyo instituto reparte el dinero a las diferentes producciones, algo que no depende del gobierno de turno, que si uno son los de la ceja se apoya más y si son los del bigote se apoya menos. Eso no pude pasar porque vamos a estar sufriendo vaivenes constantemente. Deberíamos nutrirnos de nuestros propios recursos con leyes que ya están inventadas y que debemos copiar. Un años no pueden producirse 150 películas y al siguiente 60, así nunca tendremos fuerza.
Pero tu cine sí tiene esa fuerza además de recorrido internacional..
Yo no me quejo. Tal vez mis películas tengan más facilidad para viajar porque a lo mejor no hago películas muy localistas y son más abiertas. La sensación que se tiene en el mundo del cine español es la de estar al filo de la navaja, siempre pedaleando para no caerte de la bicicleta porque nunca sabes lo que va a pasar al no haber un modelo fijo y seguro. Todo está en el aire y así es muy difícil que un productor arriesgue. Y luego está el cierre de salas, la piratería, que no se lucha contra ella como se debería, la ley del cine que no llega… el panorama es negro pero no hay que abandonar el barco. El cine existe y existirá, solo hay que aguantar el tirón.

También está siendo un año negro con la desaparición de grandes nombres del cine español. Tú le diste el último papel en el cine a Sancho Gracia…
Fue como el destino. Él agarró la fama en Sierra Morena (como Curro Jiménez) y se acabó allí también (en ‘Entrelobos’ Gracia hacía de pastor que cuidaba al niño protagonista). Es mágico. Lo he pensado muchas veces y fue un rodaje muy duro porque el estaba en pleno proceso de quimioterapia. Los lunes que le tocaba terminaba la quimio, se cogía el AVE a última hora y el martes estaba rodando. Me pareció algo sobrenatural, de alguien con una fuerza increíble.
Metiste a África en tus películas y ahora el festival de Cine Africano reside en tu ciudad, Córdoba…
Lo conocí en Tarifa donde he sido presidente del jurado y participé con ‘14 kilómetros’ y con el documental ‘Caravana’. Me ha hecho mucha ilusión que el festival esté con Córdoba y hay que apoyarlo porque ya está muy consolidado. Creo que los festivales que tiran para delante son los que se especializan en algo. Me parece fantástico tener la oportunidad de ver cine africano en Córdoba, un cine cojonudo y muy desconocido. Si tienes esa perita en dulce, aprovéchalo y apóyalo cada año para que vaya hacia arriba. En Tarifa ha durado nueve años con una logística más complicada y cada año con más películas y más público, así que en Córdoba es mucho más fácil. Además, la gente demanda algo más, al menos una parte de la población, y no es fácil buscar alternativas atractivas. Centrarlas en la cultura de un conteniente vecino y con un festival que ya viene hecho es una oportunidad para apostar por la cultura en una ciudad que ha estado habitada siglos y por la que ha pasado todo el mundo.