El realizador cordobés es finalista por quinta vez al Goya a la mejor película de animación por ‘El corazón del roble’, ya en cines y participada por Canal Sur
Si existe un gurú de la animación en Andalucía su nombre es Antonio Zurera(Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1957). Y no solo porque cada una de las cinco películas de animación que ha realizado este dibujante y animador hayan sido finalistas al Goya –lo ganó por la primera, ‘Dragon Hill’, en 2003- sino porque puso la primera pica de la animación en Andalucía con el festival ‘Animacor’.
Celebrado en Córdoba cada año entre 2005 y 2011, este festival animado logró reunir a lo más granado del sector nacional e internacional tanto en secciones competitivas como en encuentros profesionales. ‘Animacor’ también bajó a las butacas y consiguió enrolar a pequeños y jóvenes dibujantes a través de talleres y entretenimiento digital, despertando vocaciones ocultas. Pero el festival languideció por inanición debido a las circunstancias de la vida real-no animada, así que Antonio, que comenzó trabajando para series de Hanna Barbera y para el Don Quijote de la Mancha de TVE, ya solo se vuelca en su productora madrileña, Milímetros, creada en los años 80 junto a Ángel Izquierdo.
Con su última creación, ‘El corazón del roble’, la primera película que ruedan íntegramente en 3D y que se estrenó el viernes en cines, es candidato al Goya por quinta vez y se las verá con ‘O apóstolo’, ‘The wish fish’ y la favorita, ‘Las aventuras de Tadeo Jones’. Pero a él ya no le importan ni el glamour ni los premios. La experiencia le ha enseñado a situar los reconocimientos en un apartado profesional y no personal, ya que sabe muy bien lo que se siente desde la butaca cuando abren el sobre y dicen tu nombre y también cuando nada de eso ocurre.
Con tu trayectoria, ¿hubiera sido una sorpresa no ser finalista al Goya?
Un poco sí porque siempre que hago una película le pongo mucha pasión aunque la realice con poco dinero. Yo he escrito los guiones de las cinco películas que he hecho porque pienso que hay un defecto en España en general, de no tomar demasiado en serio al público infantil. Parece que se le puede escribir cualquier cosa y no es así. Siempre que he escrito para niños me los he tomado muy en serio. Y aunque no sea un realizador maravilloso, todas mis películas han sido premiadas y reconocidas y creo que es porque hay una buena historia que las sostiene.
¿Qué tal la aventura del 3D?
La primera película que hicimos, ‘Dragon Hill’, tenía una primera secuencia en 3D, con un fondo que se movía, y aquello fue un reto. Siempre hemos estado muy al día con las tecnologías pero con la edad que tenemos soy un enamorado del 2D porque nací con él. No niego las ventajas del 3D pero soy un creador que cree que el 2D está más cerca de la sensibilidad de su generación. Aunque al público al que me dirijo ahora es de 3D y esto es un sector al que me debo.
¿Temes a Tadeo Jones?
No tengo temor pero sí respeto hacia esa y hacia todas las películas candidatas. Pertenezco a un sector lleno de dificultades y siempre que me han nominado he competido con películas magníficas. Es maravillosa la sensación de ganar pero también he sentido el miedo a la frustración cuando no se lleva el premio tu película. Esa sensación es real pero a mí ya no me pasa. No me ocurrió cuando ganó Trueba (con ‘Chico & Rita’) y desbancó mi película ‘Las aventuras de Don Quijote’. No me frustró que lo consiguiese uno de los grandes directores del cine español, aunque no se dedique a la animación. Además, no me gustaría tener cinco Goyas a costa de que el resto del sector no los tuviera. Prefiero que los premios de animación estén repartidos porque nos puede ayudar a consolidar esta industria en España.
Aparte, estoy contento porque con ‘El corazón del roble’ he conseguido varios premios, entre ellos el Giraldillo de oro a la mejor película de animación en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y compitiendo con películas internacionales muy buenas, por lo tanto las vitrinas ya las tengo llenas de premios y he superado esa etapa de competir y ganar. Así que si es ‘Tadeo Jones’, me parecerá estupendo porque estar entre las cuatro candidatas ya es fantástico.
Aparte de tus criaturas cinematográficas, tienes otra que logró crecer mucho, ‘Animacor’.
El festival ‘Animacor’ pretendió poner la primera piedra de un edifico, el de la animación en Andalucía, que se tenía que construir entre todos, instituciones, creadores y ciudadanos, y creo que lo logramos, hacer realidad una industria de animación andaluza que sueño con que se consolide. Todo el mundo se volcó con aquel festival y recibí mucho apoyo. Ahora viendo que hay más candidatas andaluzas de animación (sobre todo cortos) a los Goya pienso que todo eso influyó.
Robin, un elfo guardián del bosque que lucha contra el cambio climático desde su pequeña vida, es el protagonista de ‘El corazón del bosque’, la película finalista al Goya que ya está en cine y que deseamos que llegue a las pantallas andaluzas.
Es una película independiente y no sale con muchas copias. No tenemos mucho presupuesto pero sí una independencia que nos permite trabajar más a gusto. Nuestra industria no se puede comparar con la americana pero creo que es mejor no compararse con nadie porque en mi caso no me puedo quejar. La película es un canto a la ecología y una llamada a cuidar del planeta. Quiero entretener al público infantil y a la vez darles una segunda lectura con este homenaje a nuestra casa que es la tierra en plan llamada de atención apelando a la responsabilidad de cada uno.