blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

Cordomaquias

Captura de pantalla 2017-08-07 a las 18.21.07

El pasado febrero la videoartista sevillana María Cañas dijo en Córdoba, en el Centro Botí, que la pintura “no ha muerto”. Y puso como ejemplo el Ecce Homo de Borja. Cañas, que se declara una artista del photoshop, además de una ciberenferma, es una creyente del first use norteamericano de las imágenes, que con fines paródicos, se pueden reinventar y volver a codificar en otros mensajes. Ella lo llama videomaquias y su charla no fue una prefiguración de lo que acaba de ocurrir con el cartel de las fiestas de mayo en córdoba, porque aquel día, la artista ya proyectó algún meme “maravilloso” del chico en vaqueros que protagonizó el cartel unos años atrás.

Un maromo con camisa blanca, sombrero y postureo, con bastante mejor cara y expectativas que la pobre protagonista de este año, que a las claritas del alba tiene más pinta de cruzar el puente del Arenal con una noche mala escrita en la cara, tal vez camino de mojar algún churro en un triste café soluble, que de cualquier otra cosa. He escuchado decir a su autor que “por no condicionarla”, ha querido “vestirla de calle”, una expresión que no oía desde que las monjas decían que podíamos librarnos del uniforme y ponernos vaqueros porque había revisión médica. Reconozco que tantos gramos de mal rollo me quitaron las ganas de fiestas -y casi las de vivir- invadida por una melancolía digna de la atmósfera de “realismo mágico” del dichoso cartel.

Pero el antídoto apareció en las redes en forma de memes: cordoboides, sandokanianos y hasta susanoides. Y de nuevo volvieron las ganas de bailar ‘El venao’ en El Capirote. Todo en orden. Así que me gustaría invitar a un mojito al encargado de encargar estos carteles y brindar por cómo las tecnologías han revolucionado los contenidos de prácticamente todo. Aprovecharía para hablarle del vacío existencial que genera la cultura atada al pasado en quienes usan internet, móviles, tablets o auriculares. Casi todos. Por eso la ciudadanía busca nuevos caminos construyendo Frankensteins gamberros y en los que reconocerse. En Córdoba, por la pura necesidad de dejar de aspirar tanta caspa ¿Imagina, querida lectora, que se pudiesen hacer memes in situ de la estatuaria urbana?

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