El clan León logra carcajadas, emoción y aplausos con ‘Carmina y amén’, una condensación del mejor cine español y la consolidación de Paco León como director
Marta Jiménez|Málaga@radiomarta
«Pedro Almodóvar es carminista». La sentencia es de Paco León, quien se ha vuelto a vestir su traje de director este sábado en el Festival de Málaga de Cine Español para presentar ‘Carmina y amén’, una película que cierra un díptico y que ha arrancado carcajadas, emoción y aplausos en una abarrotada sesión para la prensa en el Teatro Cervantes, como nunca se había visto en 17 ediciones.
«Me he sentido como Ángel Cristo domando a tanta leona», ha definido el director la experiencia de trabajar de nuevo con su madre, hermana y media familia.
Almodóvar ha sobrevolado el ambiente de la sala por varias razones: la de una escena de Carmina en moto que es un homenaje claro a la de Julieta Serrano en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, una imagen icónica del cine de los 80; y la banda sonora de trompeta que acompaña una secuencia del filme inspirada en otra de ‘¿Qué he hecho yo para merecer esto?’. León hereda de su hermano mayor manchego la osadía, la autoría y el surrealismo de trasladar historias a la pantalla desde lo más cercano: el bloque de vecinos. En uno de Sevilla vivió Paco de pequeño y ese micromundo, en el que la realidad puede superar cualquier ficción de sexo, drogas y violencia, se plasma en una segunda película que suma varios grados de cine a aquel experimento llamado ‘Carmina o revienta’. Muchos en Málaga han sumado hoy más inspiraciones a la película como ‘Cinco horas con Mario’ de Delibes o el spaguetti western, a lo que Paco añade a su admirado Bill Viola en la escena del entierro.
Además de todo eso, ‘Carmina y amén’ es cine social sin pretenderlo y acaba convirtiéndose en una radiografía del momento actual en España, en la que aparece asuntos como la inmigración, las tasas universitarias, los desahucios y hasta los problemas de la monarquía. Incluso la Duquesa de Alba estuvo a punto de hacer un cameo al final de la película pero un problema de salud se lo impidió.
La secuela de la primera incursión de Paco León como director explora los límites entre la comedia y el drama, experimentando con un lenguaje más ficcionado sin perder la autenticidad de los personajes y situaciones, «condesando lo mejor del cine español», tal y como han piropeado al director en Málaga.
«Todo lo que yo digo se convierte en verdad»
La frase es de Carmina, la protagonista absoluta, en la película. Una sentencia premonitoria que define el trabajo de esta no actriz profesional que se come la pantalla y que ya suma tres películas, tras haber participado en un pequeño papel en ‘¿Quién mató a Bambi?’ de Santi Amodeo. La matriarca de la familia ha confesado que este rodaje fue «distinto por completo» al anterior al haber más ficción en la trama y un guión. «Pero yo lo he vivido como si fuera de verdad», ha confesado una actriz que asegura haber sido muy obediente con todas las indicaciones que su hijo le ha dado como director.
De hecho, ninguno de los actores ha conocido el guión hasta el final en una película que se ha ido escribiendo mientras se rodaba y cuya historia ha llegado al set de rodaje por transmisión oral. El personaje de María, interpretado por la hermana e hija María León, sufre un proceso de «acarminamiento» durante el metraje que para a la actriz ha partido de «investigar a la María para sacar otras Marías». También ha habido aplausos y la petición de un Goya por parte de Paco para Yolanda Ramos, actriz compañera del director en Homo Zapping, que borda su colgado personaje de la película.
‘Carmina y amén’ se ha rodado íntegramente en localizaciones de Sevilla bajo la producción de Andy Joke y Telecinco Cinema y con 600.000 euros de presupuesto, seis veces más que lo que costó el rodaje de la primera Carmina. León ha agradecido hoy en Málaga que Telecinco le haya «dejado hacer» lo que quería y ahora se centran en una campaña de promoción «de autor» que pasa por aportar creatividad a todo lo que toque, desde el cartel a las redes sociales, y buscar un modelo de exhibición «para llegar al mayor número de gente posible», en palabras de Paco León.
Un modelo aún no definido que pasa por intentar crear promociones para abaratar la entrada al cine ya que ésto no es posible de forma directa por ley, vía el organismo de la competencia que lo regula. «¿Por qué el precio de la entrada de Carmina tiene que costar lo mismo que la de ‘El Hobbit’?» se ha preguntado el director, quien ha confesado tener dos espinitas clavadas tras la primera Carmina: la del estreno en salas, que no llegó a tantas como le hubiese gustado, y la de la venta internacional, que tampoco llegó tan lejos como él esperaba por culpa de su «cutre factura».
El primer pase del filme en Málaga, que llegará a las salas el próximo 30 de abril, no ha podido ser mejor recibido ni acabar de mejor manera. Con un piropo de la mamma al hijo: «qué bonito eres, coño».