‘Los nuestros’, último poemario del escritor cordobés, reflexiona sobre la identidad, el yo y el nosotros desde un lenguaje popular y cordobés
En este libro de poesía hace calor. Canícula de julio en una calle de Córdoba bajando por la sombra. Sus versos se pueden limpiar con la miga de una telera. Huelen a romero de las Jaras. Saben a medio de vino en una taberna oscura de La Axerquía. Sus localizaciones nos llevan de la Huerta de la Reina a la calle Pedro López; a un lugar entre La Laboral y Alcolea; a un patio de la calle Trueque o al barrio de la Letro, a través de un lenguaje presunta y esencialmente cordobés. En sus versos aparecen nikis y rebequitas para el fresco, los cines de verano, Flow, Fosforito, Manuel Gerena o El Limbo.