Conversar unos minutos con sus autoras aviva las ganas de leer “Córdoba 2016: El viaje a ninguna parte”. No sólo porque la recta final de la candidatura cordobesa a Capital Europea de la Cultura tenga tintes de thriller conspiratorio, que también, sino porque en sus voces se resumen diez años de un proyecto ilusionante y decepcionante al mismo tiempo. Un capítulo agridulce de la historia de nuestra ciudad que cada una vivió desde su posición y en diferentes momentos de la misma. Marta Jiménez, como periodista, estuvo relatando esta aventura desde que echase a rodar. Por su parte, Elena Medel fue la encargada de componer el relato que la delegación cordobesa defendió ante el Comité de la Selección de la CEC. El libro es el reflejo de cómo esta ciudad se volcó con un proceso que, según sus autoras, en su última fase estuvo plagado de irregularidades y poco tuvo que ver con la cultura.
Texto: Aurora Rodríguez / Foto: Álvaro Peña
“Fue penoso al final, pero durante esos años la ciudad demostró cosas muy positivas que nosotras queríamos reflejar en el libro”
¿Qué os motiva a publicar “Córdoba 2016. El viaje a ninguna parte”?
E.M: Córdoba nunca había estado tan unida en torno a un objetivo y pensamos que merecía la pena reflexionar por escrito sobre la transformación de la ciudad en esos diez años. Todo el proceso era una respuesta que nos daba pie a muchas preguntas.
M.J: Fue penoso al final porque nos llevamos una gran desilusión, pero durante estos años la ciudad demostró cosas muy positivas que nosotras queríamos reflejar en el libro.
¿A nivel personal, cómo vivís todo el proceso?
E.M: Yo viví etapas muy distintas. Una última de gran implicación y una previa de mucha curiosidad y expectativas de lo que la Capitalidad podía suponer para la ciudad. Con el tiempo creo que no se ha sabido aprovechar todo lo que se consiguió.
M.J: Por mi parte, con mucha energía y entusiasmo. Veía que Córdoba tenía posibilidades y tengo recuerdos de haberlo pasado realmente bien trabajando, pese al estrés que suponía. También recuerdo aquella tarde fatídica en Madrid cuando conocimos el fallo.
¿Fue esa “tarde fatídica” cuando decidís que teníais que escribir este libro?
M.J: No, ese día sólo hubo lugar para las lágrimas. El libro decidimos escribirlo meses después y curiosamente fue una amiga de San Sebastián la que nos animó a arrojar un poco de luz sobre los puntos oscuros de una decisión que no entendíamos.
Una de las conclusiones que apuntáis en el libro es que “Córdoba pecó de inocente”.
M.J: Córdoba fue muy honesta en cuanto a las bases. Había cuatro o cinco requisitos como el apoyo ciudadano o la unión institucional y nosotros pensamos “vale, los cumplimos”. Es cierto que el proyecto de San Sebastián era bueno e inteligente, no voy a entrar a valorar cuál de los dos era el mejor, pero lo que sí está claro es que la candidatura de Córdoba era más completa en este sentido.
E.M: Por otro lado, observamos que en otros países siempre se había dado la alternancia norte-sur y no esperábamos que se designase por cuarta vez a una ciudad del norte de España. No ha habido ninguna Capital Europea de la Cultura de Despeñaperros para abajo.
¿Ha habido alguna reacción por parte de la candidatura de San Sebastián a la publicación del libro?
E.M: Creo que actualmente se están encontrando con suficientes problemas como para estar pensando en nuestro libro. El principal es que del equipo que presentó la candidatura sólo se mantiene una persona. El resto ha ido saliendo por unas causas u otras. El proyecto plasmaba unas ideas y unas intenciones que no comparten los actuales mandatarios y se está tomando un rumbo muy distinto al inicial.
M.J: Esto no está permitido en las bases de la convocatoria. De verdad espero que haya vigilancia continua y que sean fieles al proyecto con el que ganaron.
“Los artistas cordobeses están demostrando que tienen las ideas y la voluntad pero desgraciadamente no disponen de espacios para llevarlas a cabo”
Tratando de buscar el lado positivo, ¿creéis que la otra cara de la moneda ha sido la reacción de colectivos de artistas y ciudadanos que tras la pérdida de la Capitalidad se han decidido a sacar adelante proyectos al margen de las instituciones?
E.M: Efectivamente hay que puntualizar eso de artistas y ciudadanos porque a nivel institucional es todo lo contrario. Aquí no hemos sido capaces de lograr que la Fundación Córdoba Ciudad Cultural sobreviva, a diferencia de ciudades como Santander donde se ha dotado a ésta de una actividad cultural abundante y de calidad. El que en Córdoba no haya una Casa de la Cultura es algo delirante y tenemos un gran número de infraestructuras directamente inutilizadas.
Una artista cordobesa me comentaba en una entrevista que los artistas deberían “secuestrar” todas las infraestructuras que están abandonadas y recuperarlas para la cultura y el disfrute de la ciudadanía. ¿Qué propondríais vosotras?
M.J: Un buen ejemplo de esto es el del Palacio de Viana. La gestión anterior nunca hizo nada más allá de actos institucionales o turísticos. Hoy es posible ver allí espectáculos de toda clase. Es decir, es un espacio que siempre ha estado ahí y que ahora ha recuperado un cierto sector de la sociedad. Los artistas cordobeses están demostrando que tienen las ideas y la voluntad, pero desgraciadamente no disponen de espacios para llevarlas a cabo, cuando Córdoba está plagada de lugares espectaculares que podrían albergarlas.
¿Qué os parece que se haya suprimido un evento tan consolidado con el festival Eutopía?
E.M: Me parecería bien si el dinero de Eutopía, que a fin de cuentas dura tres días y luego pasa, se dedicase a formación para los artistas o a acciones de mayor calado. En general, creo que las instituciones están obsesionadas con los grandes acontecimientos y la pirotecnia. A los políticos les cuesta mucho menos esfuerzo hacerse la foto en la inauguración de un gran evento que en pequeños talleres o ciclos culturales.
¿Cómo resumiríais, Marta en un titular y Elena en verso, la situación cultural en la actualidad?
M.J: Es cierto que las cosas están muy difíciles, pero esta semana he podido disfrutar de una extraordinaria exposición sobre Góngora y estoy especialmente optimista. Se están haciendo muchas cosas, pero es difícil de entender que con la herencia que tenemos en Córdoba, incluyendo también la cultura contemporánea, estemos dejando pasar tantas oportunidades que están ahí y no vemos. El titular podría ser Córdoba miope…
E.M: Yo me quedo con éste también porque es muy poético. O quizás citaría a Pablo Neruda. “Me gusta cuando callas porque estás como ausente”. Así está Córdoba: callada, silenciosa, dormida…
Tras más de veinte años siendo la voz de la cultura en Córdoba a través de la SER o el Diario Córdoba, Marta sigue retratando la vida cultural de la ciudad como periodista freelance y gestora cultural. Desde que publicara su primer libro a los 16 años, Elena ha conseguido labrarse una trayectoria como escritora que en la actualidad compagina con la editorial de poesía y agitación, La Bella Varsovia, de la que es impulsora junto a Alejandra Vanessa. Aseguran que la escritura conjunta de este libro “ha sido cuanto menos curiosa”. Marta reconoce que estaba convencida de que Elena no aceptaría pues ella “ya tenía una carrera literaria detrás y este libro no dejaba de ser un experimento”. Afortunadamente no fue eso lo que ocurrió y “Córdoba 2016: El viaje a ninguna parte” es el resultado. Si se les pregunta cuándo repetirán experiencia lo tienen claro: “No tenemos nada tan potente como esto y tendría que ser algo muy bueno para ponernos manos a la obra”.