La democracia necesita ciudadanos activos, pacíficos, libres y responsables
Inicio el curso de esta pequeña columna llamada Algarabía haciendo honor a su nombre. Con una alta dosis de descrédito en casi todo el orden establecido. Como me niego a instalarme en el desaliento aquí va una ventana con la luz encendida. Escribió Montesquieu que cuando un pueblo tiene buenas costumbres, las leyes son sencillas. Y si en algo crece mi esperanza es en una parte de la sencilla ciudadanía. No por las palabras que dicen sino por los hechos que realizan. Hablo de la parte que se ha despertado y ha pasado a la acción en vez de quejarse. La gente que cree en el activismo y que desde hace unos años desarrolla buenas y democráticas costumbres.