La experta gongorista publica Todo es de oídas, un libro que reproduce fielmente el proceso de Góngora contra el inquisidor Reinoso y entre cuyos documentos la autora encontró el autógrafo del poeta hace dos años
El 20 de enero de 1597 diluvió en Córdoba. Un comisionado de la Santa General Inquisición se apea ante las casas obispales. Empieza el calvario para Jiménez de Reinoso, el principal inquisidor del tribunal cordobés. Al fondo -sin novelerías-, la sombra de Góngora. El libro que encierra esta historia lleva por título Todo es de oídas (Renacimiento, 2014) y lo firma la gongorista Amelia de Paz sin decir “esta boca es mía”. Es lo que tiene ser “una guardadora de rebaños que dedica sus ocios a la lectura de procesos inquisitoriales y casos de conciencia”, en definición propia, y haber logrado reproducir fielmente una historia que habían sepultado los archivos durante cuatro siglos.