Me temo que a los puristas del flamenco les gustan tan poco las modernidades aplicadas a un arte que consideran suyo, como a los amantes del arte contemporáneo lo divulgativo.
Marta Jiménez@radiomarta
El miércoles visité el museo más auténtico sobre la bipolaridad de esta tierra. Por su continente y su contenido, sus raíces terrestres y su tecnología aérea, por su diseño y atinada museografía: La Posada del Potro, Centro Flamenco Fosforito. Fui a la hora de la siesta, con el sol aplastándolo todo, la mejor hora para visitar un lugar así. Al entrar pensaba que explicar y entender el flamenco era tarea inasequible. Y al salir, sabía algo de palos, compases y tonás, justo lo que no había conseguido en años de conciertos a ciegas.