Resulta revelador lo poco que le gusta inspirar -como pauta- al empresariado andaluz
La caída de Abengoa, fundada en pleno franquismo, apoteosis del poder del apellido y abridora de puertas giratorias a expolíticos mientras se endeudaba hasta el más allá, ha borrado el maquillaje que intentaba corregir las carencias de la economía andaluza. De hecho, ha traído hasta la orilla las causas de que la diferencial de riqueza con el resto de Europa haya aumentado. De la debilidad del tejido empresarial andaluz y de un diseño institucional que dificulta el crecimiento, realizó un dibujo, real y biográfico, hace unos días en Córdoba un emprendedor andaluz de éxito. Su experiencia y la de Abengoa son las dos caras de una misma moneda de despropósitos.
David Troya consiguió una Beca Talentia (de las que algunas quedan desiertas cada año) por la que la Junta de Andalucía invirtió en él alrededor 120.000 euros para un master de negocios enfocado al turismo que realizó en San Francisco. Al finalizar, tuvo una idea y quiso montar una empresa en Andalucía para devolver a su tierra lo que había invertido en él. Tenía un teléfono, una tarjeta de crédito y su certificado digital. Desde la Junta le dijeron que eso era imposible. Tenía que volver aquí en carne y hueso y hacer una verdadera gymkana administrativa para poder establecerla. Colgó y en 20 minutos, 100 euros mediante, montó su empresa en EEUU.
Por fortuna, hoy su compañía Glamping Hub –alojamientos glamurosos en plena naturaleza– tiene sede en Sevilla y 20 trabajadores. Le costó tres meses y 3.000 euros. Su historia es del todo elocuente para detectar las claves de un mal permanente en esta tierra.
Pero lo más revelador de su charla fue conocer lo poco que le gusta inspirar, como pauta, al empresariado andaluz. Lo reacios que suelen ser a compartir sus experiencias de éxito. Una actitud que sumada al anacronismo administrativo hace entender semejante panorama. Basta desear que esta clase de empresas gacela, creadoras de empleo cualificado, no sean tragadas en Andalucía por tanta pequeñez y tanta falta de ambición.