blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

BLANCANIEVES Y LAS MUSAS DE JULIO ROMERO DE TORRES

Pablo Berger nos descubre cómo la clave estética de su cuento andaluz en blanco y negro está en la luz del sur y en la oscuridad de los cuadros del pintor cordobés



Hace unos años Pablo Berger compró en la turística calle Deanes de Córdoba unos pequeños zapatos de flamenca de color rojo con lunares blancos. El par, que era un regalo para su hija, acabó siendo una referencia para el departamento de vestuario de ‘Blancanieves’, su exitosa versión gótica y llena de tipismo español del clásico cuento de los Hermanos Grimm. La primera imagen de Carmencita (Sofía Oria) que vemos en el film comienza por sus pies. La niña taconea sobre unos zapatos de lunares en blanco y negro mientras es jaleada por su abuela (Ángela Molina). Una escena que si viésemos en color nos haría descubrir unos tacones flamencos idénticos a aquellos comprados en la Judería cordobesa en una época en la que Pablo ya soñaba con esta película.

  

La historia de poner en pie ‘Blancanieves’ es un cuento con final feliz. Tras ocho años de trabajo y muchas dificultades –en 2005 nadie creía en una película muda y en blanco y negro- el momento que vive esta coproducción europea es el de estar subida en montaña rusa: se acaba de estrenar en Francia con 80 copias después de haber superado el millón de euros en taquilla y no para de recopilar premios. El último ha sido el Forqué, días antes el andaluz Asecán y también el Fotogramas de Plata, mientras aspira a 18 Goyas y a 13  premio Gaudís. Además, la película se verá pronto en Estados Unidos a pesar de haber sido excluida de la carrera a los Oscars. Berger, que asegura estar viviendo cada día como una aventura, no se tomó como un chasco personal no estar entre los cinco finalistas a la estatuilla dorada, “el chasco fue por la Academia de Cine española que me había elegido y había puesto su ilusión en mí para representarla”, nos cuenta el director en uno de esos escasos momentos en los que suelta la maleta estos días para tomar aire.


A pesar de que el germen de su estético experimento cinematográfico estuvo en una foto de enanos toreros de Cristina García Rodero, que marcaron el fondo taurino de la película y que convirtieron a la protagonista en torera, el hecho de querer hacerla muda lo llevó al sur en la época dorada del toreo, los años 20. “La rivalidad entre Joselito y Belmonte, la Maestranza y la Monumental, la relación torero-bailaora, empecé a tirar del hilo y todas las piezas comenzaron a encajar” recuerda Pablo Berger, un vasco al que, además, le tira mucho el sur. No en vano su primera película fue ‘Torremolinos 73’ con gran éxito en el Festival de Málaga aunque su  puerta de entrada a un conocimiento más profundo de esta tierra fue Córdoba, ciudad de la que dice sentirse hijo adoptivo y cuyos rincones tiene por costumbre frecuentar. “Mucha gente piensa que soy un cineasta andaluz y la verdad es que Córdoba es como mi segunda casa. Conocí antes la Judería que el Barrio de Santa Cruz y yo que nací en un Bilbao gris sentí un flechazo por la luz y por la gente andaluza, donde me siento muy bien recibido”.

Para esa percepción honda del sur fue clave su primera visita al museo Julio Romero de Torres en la cordobesa plaza del Potro. Aquella experiencia tan intensa fue una gran influencia en la película, tanto para él como para Kiko de la Rica, el director de fotografía, a la hora de diseñar la iluminación en penumbra, tan dramática, y los famosos fondos en segundo plano que posee tanto Blancanieves como las pinturas del artista cordobés. Berger tiene dos grandes libros sobre Romero de Torres llenos de post-its de colores que señalan cuadros escaneados y distribuidos entre el equipo de la película. Una influencia que afectó también a los personajes y, sobre todo, a las mujeres. “La primera definición que tengo de un personaje femenino en mi película,  es la de Carmen de Triana (Inma Cuesta), yo lo describo como una belleza digna de Romero de Torres, esa es mi descripción literal en el guión”, confiesa el director. Las cinco mujeres de la película son muy de la iconografía del pintor, “por sus ojos, su color de piel y esa sensualidad tan española que aunque parezca un tópico, yo cada vez que viajo fuera una de las cosas que destacan es la belleza de las mujeres de la película”.




LOS CUADROS DE ROMERO DE TORRES EN ‘BLANCANIEVES’
Y es que en la esteta y andaluza versión cinematográfica del cuento, hay fotogramas directamente inspirados en cuadros y cuadros colgados en el decorado inspirados en pintores. Berger contrató a un artista para que realizase algunas de las pinturas que aparecen en los escenarios de la película y le pidió que imitase el estilo de Julio Romero de Torres, por ejemplo, para el cuadro del padre-torero que aparece en lo alto de la gran escalera y que tiene como referencia el “Machaquito” del pintor cordobés.


La madrastra (Maribel Verdú) está llena de ecos de la mujer morena que universalizó el pintor. En la escena final en la plaza de toros se asemeja a cualquiera de sus mujeres con mantilla y en la del posado para un retrato aparece con un galgo, “perro que yo descubro en los cuadros de Romero”, asegura Berger, y que el pintor representó en muchas de sus obras retratando a Pacheco, su propio galgo. Hasta las primeras escenas de Verdú como enfermera tienen su origen en un cartel de una gran corrida de toros benéfica realizado por el pintor y en el que la protagonista es una enfermera.



‘Cante Jondo’ es el cuadro que más fascina a Pablo Berger de Romero de Torres, “me parece que es cine. Se lo mandé como referencia al diseñador gráfico para el cartel pero al final no pudo ser”. También son una gran influencia en la película muchos pintores coetáneos como Zuloaga, Solana, Penagos “y alguno inconsciente, que me descubrió Juan Manuel Bonet, el ex director del Reina Sofía,  como Federico Beltrán Masses. La pintura española está ahí porque también esa fue su edad dorada”.



Donde no sabemos si estará el director es recogiendo su premio Asecan el próximo sábado en Sevilla. “Estoy en un momento que no sé si voy o vengo, pero haré lo posible”. Al día siguiente se entregan los Gaudís en Barcelona, así que veremos, pero ahí estará la andaluza Inma Cuesta para sustituirlo si finalmente el director no puede cruzar la península. “Soy amigo de directores como Santi Rodríguez,  Santi Amodeo Chiqui Carabantes y Ramón Salazar. Creo mucho en la industria andaluza, en su creatividad y en sus técnicos, fíjate que ya he hecho dos películas  de fondo andaluz y tendré hacer una tercera para tener una trilogía y ya ser un director vasco y también andaluz”, bromea el director. Sin dudase trata de la famosa conexión norte-sur, que aunque no estudiada científicamente afecta a algunas personas del mismo modo que los polos opuestos. Por pura atracción.







Deja tu comentario

  • (will not be published)

XHTML: Puedes usar estas etiquetas: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>