El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños. La cita pertenece a Eleanor Rooselvet y la he recordado esta semana tras la última reunión de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural (FCCC). Un cónclave que ha dejado a la entidad en estado vegetativo, entre algunas deudas, sin personal ni presupuesto concreto. Me da en la nariz que ha sido así por el hecho de rondar elecciones cerca. Si no, la FCCC se habría hundido hace meses. En realidad, no me importa que la apuesta por la cultura en la ciudad tenga o no una fundación. Sólo quiero que la jugada sea cierta después de todo lo visto y todo lo oído. Resulta curioso nuestra forma de relacionarnos con la realidad a través de la mentira y que casi nada nos produzca indignación a estas alturas.
Y es que nada es como nos contaron. Recuerdo que tras la visita del jurado a la ciudad el pasado junio ya habíamos ganado en cohesión, actividad cultural y en autoestima pasase lo que pasase. La cultura salía por todos los poros de la piel de nuestros gobernantes. Hubo quien incluso hablaba de inventar “un plan B” en el peor de los escenarios, que fue al que nos subimos, para no desperdiciar la marea de energía cultural en Córdoba. El plan B se hizo y se llamó “Córdoba Reinicia”. Un documento redactado por un grupo técnico basado en tres ideas inscritas en la propia esencia de la ciudad: el concepto de Arte Público, la apertura al Mediterráneo y la Ciudad de las Palabras. Tres ideas que ahora navegan con los restos del naufragio.
Tampoco fue como nos contaron la elección de la ciudad ganadora, en la que no había ni cohesión social ni institucional y en donde existió el fraude de que una miembro del jurado asesorara en cultura al gobierno vasco. Pero eso ha generado, por desgracia, un sentimiento antivasco en la ciudad que llevaba la interculturalidad por bandera. Así que nada es como debería ser. Por lo vivido y por lo construido deberíamos mantener el espíritu azul que nos unió hace tan sólo unos meses. Es de lo poco que nos queda. Y nos lo debemos a nosotros mismos.