Si el Duque de Rivas hubiese levantado la cabeza el pasado jueves, la eternidad no lo quiera, se hubiese topado la leyenda “Los recortes, para los Borbones”, que portaban los únicos ciudadanos críticos que acudieron al Instituto que lleva su otro nombre, Ángel de Saavedra. Justo el lugar donde los Príncipes de Asturias inauguraron el curso de Formación Profesional. Aunque lo mejor fue lo que menos revuelo, protesta y glamour provocó. El discurso del ministro Gabilondo. “La economía sin educación es una economía sin corazón”, dijo un ministro que antes de serlo confesaba hacer el amor con las palabras. Su relato continuó en espiral sobre la importancia de la educación y el “reto de formar ciudadanos críticos y reflexivos, que participen activamente en la sociedad”.
Al día siguiente, un equipo de investigadores del IESA presentaba un exhaustivo análisis post-electoral de las Municipales del 22 M en Córdoba. Un estudio del que se puede interpretar que el reto de Gabilondo ha fracasado aquí hasta la fecha. Basten dos datos como ejemplo. 1.- el perfil de votante que ha hecho posible que cinco concejales de Unión Cordobesa lo sean, es el de personas en situaciones precarias, poco politizadas, que no leen periódicos y que poseen un bajo nivel de estudios. Y 2.- El 59’8% de la población no sabía quién era el candidato socialista Juan Pablo Durán. Para colmo, el politólogo que ha dirigido el estudio, Joan Font, asegura que el votante de Sandokán tiene el mismo perfil sociológico que el votante que en Europa apoya masivamente a la ultraderecha, lo que no significa que sean de semejante ideología los que han votado al empresario de Cañero.