blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

CALIFAS

Tengo un arsenal de velas blanquiverdes encendidas esperando un milagro en el Nou Camp. Y reconozco que la razón principal es Carlos González y sus videos chanantes. Porque soy más de risa que de fútbol. Esa misión del Presidente de ir nombrado califas contemporáneos a cascoporro a través de sketches rodados en su propia casa –por la productora de Risto Mejide, que ya podría haber sido alguna andaluza– me parecen lo nunca visto por estos lugares: hacer comedia asumiendo riesgos. Lo de enfrentarse a una sociedad con terror al ridículo con esas alegorías de los grandes discursos en las que Carlos González no da una sola puntada sin hilo.
Los cordobeses siempre nos hemos auto-tomado demasiado en serio. Hasta contar chistes o servir un medio lo hacemos con cara de palo, algo considerado una seña de identidad cuando pudiera ser todo lo contrario, una autocensura. La de ser fieles a nosotros mismos por miedo a los demás. Existe una frase reveladora por ficticia en ese último video que dedica el presidente al president: “Hágase califa, que también somos muy rebeldes”. Como si nos hubiésemos autoproclamado Reino de Taifas antes que la “potencia económica mundial”, según González, que preside Mas. Algo tan real como la leyenda en la camiseta regalada al president, “el grande se come al chico”.
Carlos González no es cordobés sino canario, claro. Ha demostrado con el humor la inteligencia que muchos nunca hubiésemos presupuesto a un presidente de fútbol. Su video mola. Y para video vergonzante ya tenemos uno grabado esta misma semana en el Ayuntamiento. En él se ve a un concejal asegurando estar instalando váteres y platos de ducha en pisos de Las Palmeras con el dinero asignado a su grupo municipal. Un señor votado por una marabunta. En él no hay planos cachondos ni caganer con su cara ni sarcasmo por ningún lado. Este va en serio. Y al concejal no hay que hacerlo califa. Ya se siente como tal aunque sea incapaz de nombrar a ninguno, como González. Por ello, hago mía la despedida del video del presidente: “Cava lliure. Adeu”.