Desde aquí se puede criticar a los notables y dibujar la ciudad en la que a una le gustaría vivir
Basa. Cuando a George Orwell le ofrecieron una columna sobre literatura y vida en el Tribune , en diciembre de 1943, celebró su deliciosa libertad titulándola A mi gusto . Entiendo su alegría porque la columna es el género insuperable del periodismo: posee basa, fuste y capitel, con miles de variaciones a partir de esa estructura. Se puede retorcer como una columna salomónica o adosarse como una pilastra. Todo es posible entre sus líneas. Lo mejor es que permite la opinión del autor, exige economía del lenguaje, mientras se escribe siempre descubre un truco o una nueva trampa y bajo su superficie, subyace un arte siempre inalcanzable.