“Hemos perdido la batalla política, pero podemos ganar la del Derecho”. La cita es del jurista Mariano Aguayo, nuestro particular Erin Brockovich. El hombre que en julio de 2011 denunció la “injusticia del 2016” ante la justicia española. Hago constar que fue el propio abogado quien escribió en este periódico que la película de Soderbergh, sobre una aguerrida abogada de ideales tan altos como sus tacones, es una de sus favorita. Reconozco que el recurso me pareció en su día muy inocente en ese momento de pérdida colectiva de la inocencia y con tan pocas posibilidades de prosperar, por aquello de enfrentar al David andaluz contra el Goliat europeo, como la economía de la ciudad. Pero tras el último giro de guión de este sainete capitalino, ya todo me parece posible.
Opino que dicho recurso es tan constatable -en ningún tribunal del mundo puede haber alguien que sea juez y parte y a Córdoba la examinó una curia con un jurado que también era parte- como imposible es el hecho que las instituciones culturales europeas asuman las irregularidades que hubo en el proceso de selección de la ciudad española que será Capital Europea de la Cultura en 2016. Pero ahora el Tribunal Supremo entiende que la justicia española es competente para abordar la impugnación del proceso, a lo que se oponía San Sebastián, y queda saber si será finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) el que resuelva si hubo alguna irregularidad en el proceso, tal y como defiende el Ayuntamiento de Córdoba.
Si finalmente es el TSJM, que en un principio recordemos que se declaró incompetente, al igual que la Audiencia Nacional, para dirimir el asunto, everything is possible. Tengo ese presentimiento. Así que pudiera ser que la batalla jurídica vuelva a ser política y que todo se emponzoñe aun más de lo que está. O bien, que acabaran demostrándose dichas irregularidades y Córdoba restituyera su dignidad además de ganar una indemnización por daños y perjuicios. Eso sí, pase lo que pase Donosti será Capital Cultural de Europa en 2016, justo el año en que se estima que haya 50.000 parados en Córdoba.