GERVASIO Y LA PAZ
Gervasio Sánchez es de Córdoba y del Córdoba hasta médula. Siente los colores del equipo tanto como la imagen latente de la ciudad donde nació. Tras haber recorrido muchos campos de batalla, el fotoperiodista recibió el jueves en el Alcázar el premio Julio A. Parrado, que reconoce la labor de los corresponsales de guerra. Igual que en el tercer mundo dispara su cámara, Gervasio descargó aquí palabras con un mensaje tan contundente como el de las imágenes que...
VIDA DE PARDO
Entré en
El libro no había llegado a la ciudad. Una ironía más como satélite de la trama. Un pequeño naufragio. Menos mal que una amiga poeta bajaba un ejemplar de Madrid en su mochila. Subrayado y con párrafos enteros rodeados por círculos. Me lo bebí con un gin-tonic.
De la expectativa de burbujas de literatura pop, llena de sexo, drogas y poemas, empecé a jugar a la adivinanza de qué era mentira y qué era verdad. Hasta que la confusión me invitó a avanzar. Los personajes/amigos del autor eran reales y la mayoría de los hechos ficción. El espejo de una generación colgada en el vacío porque nada es como les dijeron. Gente en los márgenes cuyo limbo está en los bares. Y el amor como desvío de esa variante.
De la expectativa de burbujas de literatura pop, llena de sexo, drogas y poemas, empecé a jugar a la adivinanza de qué era mentira y qué era verdad. Hasta que la confusión me invitó a avanzar. Los personajes/amigos del autor eran reales y la mayoría de los hechos ficción. El espejo de una generación colgada en el vacío porque nada es como les dijeron. Gente en los márgenes cuyo limbo está en los bares. Y el amor como desvío de esa variante.
“Vida de Pablo” es una novela de amor en una ciudad de la periferia de Paris. Córdoba. Una ciudad de tejados con hierba a la que se le tiene terror atávico y donde “la gente es desconfiada, te roban las ideas y los mejores se han suicidado”.
Frente a las canciones, las películas y los libros que recorren la novela hay pan, aceitunas y silencio. Frente al tránsito de la juventud a la madurez, convención o enfermedad mental. “Yo no escribo sobre cosas, sino para librarme de las cosas”, dice el protagonista. Y entre todas las nostalgias que deja el libro está la de Carlos librándose de Córdoba. O no. Porque nadie sabe qué va a pasar. Ni siquiera Pablo.
MANHATTAN-CÓRDOBA
Paul es un hombre neoyorquino, amante de la literatura española, que un día se tropezó con el siguiente verso anónimo del siglo XV: “toma niña esta naranja/ que la cogí de mi huerto/ no la partas con cuchillo/ va mi corazón dentro”. Tiempo después, Paul leyó una frase en el metro de Nueva York que lo volvió a conectar con esta copla popular. Y fue entonces cuando supo que necesitaba hacer algo en Andalucía.
El apellido de Paul es LeCrerc y su sueño español se hará realidad esta semana en Córdoba. Él dirige desde hace 18 años la Biblioteca Pública de Nueva York. Su mujer, Judith Ginsberg le presentó al comisario y crítico de arte Sema D’Acosta, quién invitó a Paul a seleccionar obras de la literatura española para que otros tantos artistas las vincularan al arte contemporáneo.
LeClerc rebuscó en su intimidad literaria y eligió ocho poemas entre los que estaban Góngora, Quevedo, Rosalía, Machado y ¡el poema “Córdoba” de Pablo García Baena! Tras dar varias vueltas, la casualidad y el buen hacer han logrado que Cosmopoética abra sus puertas al proyecto, que se inaugura el jueves en el Molino de san Antonio y en el Ayuntamiento. Su título, “Manhattan, [5th Avenue at 42nd Street]”, el distrito y la dirección de la Biblioteca neoyorquina.
Artistas de diferentes generaciones como Carmen Laffón, Guillermo Pérez Villalta, Ignacio Tovar, Miki Leal o Nieves Galiot se atreverán con la palabra a través de la imagen. El Ayuntamiento será intervenido artísticamente por José María Báez. De forma sutil, el poema de García Baena se deslizará palabra por...