blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

PIEDRAS


Que no haya dinero ni para las piedras lo entendemos. Pero aquí resulta difícil de comprender que sigamos obsesionados con inexistentes edificios del porvenir mientras se cae a pedazos nuestra historia arquitectónica y arqueológica. Dice poco y malo de la cultura cordobesa actual que hayamos olvidado inmuebles por los que pasamos a menudo y cuyas ruinosas piedras relatan nuestra historia. Construcciones por las que otras ciudades matarían para adecuarlas a usos contemporáneos. En el casco histórico tenemos un caso incontestable por simbólico: Santa Clara.
En el centro de la calle Rey Heredia se halla este edificio que guarda la historia de la ciudad tras sus muros heridos y por el que pasan al día cientos de turistas. Fue iglesia tardo-romana en el siglo VI,  mezquita en la época califal y convento mudéjar en el XIV, el primero femenino de la ciudad. Un espacio complejo por su mixtura, laberinto de incógnitas y detalles. Como muestra un maravilloso artesonado del siglo XVI instalado en el  XVIII en su coro alto, cuya procedencia es un misterio. Los expertos aseguran que este edificio posee la estratigrafía histórica más profunda de Córdoba y por eso Santa Clara iba a ser destinado a Museo de la Ciudad. Que levante la mano quien haya vuelto a saber sobre tan razonable proyecto.
Olvidos como el de este edificio llenan a Córdoba de sombras. La convierten en un recuerdo de lo que fue. El abandono de Santa Clara no sólo es físico, sino que también ha afectado a su estudio, al prevalecer su historia cristiana sobre las demás, que de eso aquí sabemos un rato. Tanto, que el alcalde Julio Anguita entregó las llaves del convento en 1981 a la comunidad musulmana para que usase el edificio. Aquello lo enfrentó con el Obispo Infantes Florido, quien le hizo escribir aquella frase histórica de “yo soy su alcalde pero usted no es mi obispo”. Ya ven si dejásemos hablar a las piedras. Por ahora, a éstas solo las escuchan los gatos, las ratas y las raíces de higuera que habitan en Santa Clara.