L’elisir d’amore suma talento para una producción austera y colorista, inteligente y jocosa. Mucho más que digna: deliciosa
«Andalucía ha sido y sigue siendo representada de manera tópica y falsaria». Le tomo prestadas estas palabras al cineasta Alberto Rodríguez para suspirar que no todo está perdido. Que la realidad cultural cordobesa será desalentadora, pero es que existen realidades paralelas. Lo hemos vivido este fin de semana de toscos cohetes llamando la atención sobre una romería (¡a las 8 de la mañana del domingo!) que quedaron –metafóricamente– eclipsados por la belleza del bel canto de un tenor y una soprano cordobeses, en una brillante producción del Gran Teatro y el Villamarta de Jerez de la ópera L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti.