El cantante de Estirpe lleva la cara de Chaplin tatuada en su brazo izquierdo. El retrato en su piel de alguien a quien admira se ha convertido en su kriptonita emocional, una imagen para recordar que “con humor se pueden ganar todas las batallas”. La otrakriptonita, la física, la recibe desde marzo enchufado a ella en un hospital. Un mes antes, tras volver de una gira que llevó a su banda a Los Ángeles y a México con Neurasia, el séptimo disco del grupo, casi todo se acabó. Manu escuchó las palabras cáncer y tumor asociadas a su estómago. Su mundo se vino abajo mientras preguntaba si podría ir a tocar dentro de nueve días, que tenían un concierto.