blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

“¿Por qué hemos de ir siempre al teatro para ver lo que pasa y no lo que nos pasa?”

 ‘La correspondencia personal de Federico García Lorca’, de Juan Carlos Rubio, recorre la vida, la obra y los estados de ánimo del poeta de forma fascinante

“No voy a abrir el telón para alegrar al público con un juego de palabras, ni con
un panorama donde se vea una casa en la que nada ocurre y a donde dirige el
teatro sus luces para entretener y haceros creer que la vida es eso. No. El poeta, con todos sus cinco sentidos en perfecto estado de salud, va a tener, no el gusto, sino el sentimiento de enseñaros esta noche un pequeño rincón de realidad”. Así comienza la Comedia sin titulo, obra de la que Federico García Lorca dejó un acto terminado antes de morir.

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Un documental bucea en el histórico disco ‘Omega’

Una película documental con imágenes no vistas hasta ahora y una nueva versión remasterizada que incluye temas inéditos del disco de Enrique Morente y Lagartija Nick rinden homenaje a esta obra clave que une flamenco y rock

Estrella Morente recuerda un verano de mucho calor en la playa, siendo ella muy pequeña, mientras hacía un castillo de arena en la orilla. Su padre la llamó entonces a ella y a su hermana Soleá y les pidió que hicieran el compás de un vals (de El pequeño vals vienés de Lorca). Estrella cuenta que desde entonces lo hizo tantas veces y lo cantaron tan asiduamente con él, que el día que se lo escucharon a Leonard Cohen le dijeron a su padre, “papa, este hombre te ha copiado el tema”.

Estrella narra la anécdota en el documental Omega, dirigido por José Sánchez Montes y Gervasio Iglesias, y presentado en el Festival de San Sebastián antes de su estreno el próximo octubre. Una película documental que cuenta con el archivo sonoro y audiovisual que se conserva de la época, recogiendo los procesos de preproducción, producción y realización de la obra, así como numerosos temas y documentos inéditos hasta ahora nunca vistos ni escuchados.

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Fatalidad

 

 

 

En el fondo, Córdoba es una ciudad feliz. De las que te sigue sorprendiendo y te da las gracias una y otra vez después de que la hayan pisoteado 

Marta JiménezMarta Jiménez@radiomarta

Ignoro de donde viene tanta fatalidad cordobesa. Pero me fascina. ¿De un sentido de la dignidad mal entendido? ¿Será fruto de la bipolaridad que va del arrebato a la indolencia? ¿De la falta de acción? El colectivo Luneados lo clavó en su proyecto ‘Amo Córdoba/Odio Córdoba’: “Se puede amar una ciudad sin haberla visitado nunca. Pero para odiarla, tienes que haber vivido en ella”. Amén. Tan enconado se ha puesto últimamente el asunto que una siente que ha de pedir perdón por meterse en laberintos hiperlocales en esta mansa algarabía. Ni de lejos pienso hacerlo. Solo advertir que por ellos seguiré perdiéndome hasta el infinito durante este curso, eso sí, varios peldaños por debajo del amor y del odio. No ‘more’ dramas.

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¡LIBROS! ¡LIBROS!



No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro”. Con estas palabras Federico García Lorca inauguraba la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros, en 1931.

Decía tener más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

Eso mismo se preguntan los internos del Centro Penitenciario de Córdoba. A muchos les ha ocurrido una de las pocas cosas extraordinarias que pueden suceder entre esos muros: los libros les han cambiado la vida. “Leer nos saca el sentido común”, contaba esta semana Rafael, un interno  unido  a uno de los clubes de lectura de la prisión. Allí descubrimos como cada renglón es una rendija de libertad para cualquiera privado de ella. Y que es oro el tiempo dedicado a la lectura frente al nuestro, que es hierro.

Aquel día en la cárcel con Lorenzo Silva un interno me pidió un regalo, mi ejemplar de “La estrategia del agua”. Me gustó que alguien tratara a este objeto como si pesara muchos kilates. No sólo se lo di, sino que Lorenzo prometió enviar toda su bibliografía a una exigua biblioteca que, si bien es surtida desde el exterior, nunca es suficiente ante el ansia devoradora, sobre todo, de ficción.

Porque es la ficción la que ha devuelto la fe en la vida a muchos en un lugar falto de luz. Uno deja de estar solo con un libro y no hay mejor fomento de lectura que ése. Lorca lanzaba en su pueblo: “¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: amor, amor”. Córdoba ya vive su primera feria de mayo, la del libro en el Bulevar de las letras. Y somos unos privilegiados porque seguro que en alguna de las estanterías de las 41 casetas, hay un libro escrito para nosotros.