«Que la tierra te sea leve» Con esta poética locución los romanos despedían al difunto en sus epitafios. Muchas de estas inscripciones se conservan en la zona funeraria de nuestro Museo Arqueológico, el gran museo de la ciudad que a partir de mañana cobra una nueva dimensión con la apertura de su ampliación.
No sabría decir muy bien si se trata de un museo sobre los restos de un teatro romano o de un yacimiento del siglo I d.C. sobre el que han construido un edificio del siglo XXI. La tierra ha sido leve sobre algunas partes del antiguo coliseo de la Colonia Patricia. Asimismo, la mano contemporánea ha actuado de forma sensible a la hora de reintegrar los restos en un espacio en el que penetra, a través de los ventanales, la antigua “ochestra” hoy fosilizada en la plaza de Jerónimo Páez.
El acierto es que se trata de un edifico lleno de contenido en su interior y con un moderado exterior. Las energías no se han puesto en la representación de la arquitectura del poder, sino en la estratigrafía de la historia de la ciudad dentro de un estupendo espacio musealizado. No se ha querido que el continente se coma al contenido. Ni falta que hacía.
Ya Corduba construyó este teatro como representación del poder de su tiempo queriendo emular a Roma. Dos mil años después los restos del teatro hacen que este museo sea único en España gracias a un proyecto de integración que se puede poner en paralelo con la Cripta Balbi de Roma, el Museo Nacional Romano.
Así que a lo mejor ahora lo que se querrá es emular a este museo. O mejor aún, que en Córdoba se tome por fin conciencia del poder revalorizador de la arqueología en cualquier espacio, sea público o privado. Aun así, dudo que la ciudad posea nunca el Museo Arqueológico que merece. No puede existir un espacio tan enorme para albergar los restos que atestan el Silo ni los que están por aflorar en un subsuelo tan vivo.
Córdoba cabe en un “iPhone”. La oferta turística de la ciudad ya está en la tienda online de “Apple Store, que cuenta con millones de descargas en el mundo. El jueves se presentaba en la Ermita de la Candelaria “Localwiz”, la primera guía de la ciudad que se lleva en un teléfono inteligente. Y se mostraba ante una minoría -la mayoría menor de 40-, más dos políticos sensibles a lo que viene. El grueso de nuestros dirigentes políticos y turísticos andaba entre los expositores de Fitur, donde presentaban una ruta del Cordobés, las Fiestas Aracelitanas de Lucena y una web de la Subbética. Las dos citas son realidades paralelas que hablan por sí mismas.
En la ermita supimos datos nuevos. Que a Córdoba vienes 3 turistas por habitante frente al 1.1 de Barcelona, la ciudad más visitada de España. También que un 81% de los turistas que callejean por nuestra ciudad se encuentran a un máximo de 15 minutos andando del epicentro, la Mezquita. Lo demás son márgenes. Así que mientras en la madre de las ferias turísticas todo el mundo hablaba de la innovación, del uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, sin saber muy bien cómo se hace todo eso, la respuesta estaba en casa. El GPS parpadeaba en la Axerquía.
¿Y cómo es esta Córdoba encerrada en la tecnología? Expansiva y con la capacidad de verla con ojos nuevos. “Localwiz” habla de nuestros iconos monumentales, como no, pero también invita a coger un autobús y plantarse en el Parque Figueroa para admirar la arquitectura de Rafael de La Hoz o plantea panorámicas inéditas de la ciudad desde Fray Albino.
Según un congreso internacional celebrado en Berlín hace un mes “la tecnología móvil cambiará dramáticamente la cara de la industria turística en el futuro”. En realidad, todo está cambiando dramáticamente y empresas como Colaborativa, creadora de “Localwiz”, viene a desdramatizar con alternativas multidisciplinares el panorama cordobés. Gente como ellos conforman el patrimonio creativo y emprendedor de la ciudad. O dicho de otro modo, son el champú anti-caspa.