blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

Somos flamencos

 

Me temo que a los puristas del flamenco les gustan tan poco las modernidades aplicadas a un arte que consideran suyo, como a los amantes del arte contemporáneo lo divulgativo.

Marta JiménezMarta Jiménez@radiomarta

El miércoles visité el museo más auténtico sobre la bipolaridad de esta tierra. Por su continente y su contenido, sus raíces terrestres y su tecnología aérea, por su diseño y atinada museografía: La Posada del Potro, Centro Flamenco Fosforito. Fui a la hora de la siesta, con el sol aplastándolo todo, la mejor hora para visitar un lugar así. Al entrar pensaba que explicar y entender el flamenco era tarea inasequible. Y al salir, sabía algo de palos, compases y tonás, justo lo que no había conseguido en años de conciertos a ciegas.

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El futuro ya está aquí

Córdoba sería muy competitiva como sede de oficinas de desarrollo de aplicaciones, un sector por exprimir 

Marta JiménezMarta Jiménez@radiomarta

Confieso estar enamorada de algunas modas juveniles desde mi más tierna infancia, pero al igual que hay mil ejemplos para ilustrar que el pasado ha vuelto, hoy prefiero centrarme en un proyecto que devuelve la fe en el futuro de esta tierra. La cosa se llama SocialBro y es una aplicación que se centra en gestionar y analizar los flujos de información que generan tanto las personas como las entidades en Twitter (nota para los de Atapuerca: esto es una red social).

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RETRATOS


Un retratista del FBI ha demostrado que las mujeres se ven menos bellas de lo que en realidad son. El experimento pertenece a la campaña de publicidad de una marca cosmética en donde dicho retratista hace primero un retrato a ciegas, basado en cómo se describe la retratada, y luego otro desde su propia mirada con la mujer posando para él. El resultado dice mucho de las pautas de autoestima femeninas, pero no entraré en ese jardín si no en otro. Si dicho ensayo lo extrapoláramos a cómo ven los habitantes sus ciudades, a Córdoba, por barrer para casa, sin detenernos en su surrealista salón de plenos o en sus casposos poderes fácticos si no en su vida cultural, ¿qué clase de retrato proyectaríamos?

Mucho me temo que el resultado diferiría bastante de cómo nos ven desde fuera. Y es que pesa toneladas el hecho de estar más condicionados de lo que creemos por factores externos, además de que la comparación con lo que ocurre en otras ciudades no solo nos influye, si no que nos arrastra. Y todo apunta al maldito centralismo cultural como culpable.
Pongo un pequeño y cruel ejemplo de cómo se fomenta el daño a la autoestima cultural de cualquier ciudad. Aun ocurre que las obras teatrales suelen estrenarse en las “provincias” (aborrecible término) para llegar a Madrid y Barcelona ya rodadas. Una manera de considerar al espectador de estos lugares de segunda o de tercera regional, por supuesto. Esto es extensible a otros campos culturales que llevan a lo mismo: a que lo mejor solo ocurre en   las ciudades elegidas. Un anacronismo en unos tiempos de trama cultural diluida. Hoy cualquiera puede hacer cualquier cosa en cualquier lugar con similar impacto a si lo hiciera en un centro cultural. Quién mejor expresa el desprestigio de la cultura es el sociólogo Bauman que alude a la búsqueda de la identidad como la tarea y la responsabilidad vital del sujeto, y esta empresa de construirse a sí mismo constituye la última fuente de arraigo. Así que automirémonos como merecemos.

BESOS PARA TODOS


María de Medeiros
Teatro Góngora
Viernes 17 de mayo.

Leo Montana, teclados
Ricardo Feijao, Bajo
Edmundo Carneiro, Percusión 


La historia de Hollywood está llena de actores y actrices que cantan y de cantantes que actúan. La políglota María de Medeiros pertenece al primer grupo por mucho que nunca deje de ser una actriz sobre el escenario, dando rienda suelta en la música a su europeísmo hablado y un eclecticismo que va de la bossanova al blues, pasando por el fado y el flamenco. El viernes presentó ‘Pajaros eternos’ en Córdoba, el disco en el que debuta como compositora, y dijo sentirse muy emocionada por cantar en la ciudad en la que lo grabó (en Eureka, el estudio de Fernando Vacas) y en donde se enamoró del salmorejo, de Bodegas Campos y del bar Automático.
En su vuelta a Córdoba con esos pájaros comenzando a volar, Medeiros transformó el Góngora en un cabaret  lleno de canciones en español, portugués, italiano e inglés, a cada cual correspondía un cuadro o ilustración de artistas como Mariscal, Marjane Satrapi o Juan Clemente, proyectándose como fondo de escenario. Un poema de Moravia, ‘Mi butto’ (me tiro), sobre una chica suicida que no acaba de suicidarse, y la ‘Balada del Suicidio’, de Pasolini fueron las que más conectaron con los tiempos modernos en una noche en la que...