blog - artículos, entrevistas, reportajes y crónica de marta jiménez

ÁFRICA EN CÓRDOBA



Hay días en los que Córdoba adquiere una luz africana. Pero ni aun así nos acordamos de ese continente del que tan solo nos separa una callejuela de agua. Desde nuestra posición tan sólo sabemos mirar al norte, al este y al oeste, algo que al menos cambiará entre el 13 y el 20 de octubre, semana en que se celebra la novena edición del Festival de Cine Africano, que de Tarifa salta 320 kilómetros al norte.
Todo el mundo conoce lo mal que lo están pasando los pueblos africanos: las frecuentes guerras, las terribles hambrunas, las enfermedades como la malaria  y el VIH que están minando a la población, los dictadores degenerados y las políticas de los gobernantes de los países del norte. Terribles árboles que ensombrecen un bosque hermoso, lleno de color y de creatividad. África cuenta y África narra. También con imágenes.
95 películas, procedentes de más 30 países tendrán el honor de “ofrecer a los cines de África una plataforma para alcanzar al público y los profesionales del cine europeos”, según la organización del FCAT-Córdoba. Además de cine, el festival ofrecerá actividades para profesionales, exposiciones y actividades paralelas para todos los públicos. Su directora, Mane Cisneros, ha señalado que el Festival de Cine Africano, el único evento español dedicado a estas cinematografías, “quiere ser la ventana a la que se asomen las personas interesadas en acercarse a África, un continente a menudo desconocido y pasto de los prejuicios, a través de sus cineastas”. El renovado Teatro Góngora, la Filmoteca de Andalucía y el espacio Rey Heredia 22 -con proyecciones nocturnas al aire libre- prestarán butacas y pantallas para bucear en la filmografía del vecino continente.

CALLEJEROS






En tiempos de Doña Rosa se aprobó un decreto municipal por el que las nuevas calles que se rotulasen en Córdoba dedicadas a personajes ilustres de la ciudad, solo podrían llevar nombres de personas muertas. El  motivo: no dedicarle calle ni callejuela, avenida o plaza a Miguel Castillejo, tal y como demandaba el sector más delirante de esta, nuestra sociedad. Eso que ganamos aunque nuestro callejero, y por extensión la ciudad, se convirtiera en un cementerio. Hasta que hace un par de años llegaron los piratas creando distritos como el de ‘El quinto pinto’ o el de  ‘En tu casa o en la mía’, resucitando así la trama urbana con tipografía cordobesa y poesía rebelde. Una espléndida acción artística para quién entienda el arte como la conquista de nuevos territorios, en este caso, de callejuelas.
Cada frase pirata que encontramos al paso nos recuerda que aquí la playa no está bajo los adoquines, si no tras los muros desolados de las casas del casco histórico. El Callejero Pirata se ha convertido en una metáfora de la otra Córdoba, la que respira en una red secundaria y abandera el porvenir. Una obra abierta que hemos hecho nuestra y que tantos visitantes han buscado en sus mapas. Una intervención contemporánea de empática comprensión y sin códigos elitistas, que no requería ninguna clase de explicación porque el misterio formaba parte de su esencia.
Pero todo se ha desvelado. El qué, el quien, el cómo, el cuándo y el por qué:  por intereses particulares. Y el callejero vivo ha muerto por mucho que se intenten reanimar. Así que volvemos a caminar entre personajes de otras épocas. Que conste que alguno no tiene la vía que se merece, tal y como denunciaba mi profesor de Literatura del instituto sobre el poeta con la calle más fea y desabrida de Córdoba: Juan de Mena. ¿Qué donde está?. Invito a buscarla. Allí te espero.

KISS THE FUTURE




Esta semana el futuro le ha dado un beso a la ciudad. O Córdoba se lo ha dado al futuro, no lo tengo nada claro. El lunes, Mario Fernández, presidente de Kutxabank, ergo de Cajasur, vino a anunciar la buena nueva de que la entidad de la paloma ya es la más solvente de Andalucía. “En Cajasur bastaba con aplicar un modelo de gestión distinto”, dijo Supermario en Córdoba. Y tanto. El martes, ese modelo de gestión tan contrario a tiempos pretéritos, convirtió la joya cultural de la corona bancaria en Córdoba, el Palacio de Viana, en una nave espacial. Casualidades y causalidades de la vida.
Porque si importante es el dinero -qué pena-, más importantes son los símbolos. El grupo cordobés Prin’ La Lá, pilotado por el comandante Vacas, ha sido el encargado de limpiar el palacio de los marqueses, ya no del polvo de cinco siglos, sino de la caspa acumulada en sus bargueños, tapices y porcelanas durante las últimas dos décadas. Sus  estancias barrocas son el escenario del nuevo videoclip del trío, lleno de niños disfrazados, guerreros espaciales glam y fantasmas. Su presentación consistió el martes en un paseo nocturno, a modo de intervención, por sus doce patios acompañado de efectos sonoros, velas, músicas que salen por las ventanas o radios bajo el agua. Una dimensión, la contemporánea, prácticamente desconocida en este lugar tan hermoso.
Es verdad que han tenido que venir de otro mundo para que entre el aire de nuestro tiempo en Viana, pero, felizmente, esos alienígenassiguen contando con el talento de aquí. El disco de Prin’ La Lá es uno de los acontecimientos indies de la temporada y la ciudad ha sabido estar a la altura. Y todo ello ha ocurrido en una cosmosemana de poetas, cantautores al atardecer de una azotea y hasta un encuentro de ‘Wordpress’ en Córdoba. El círculo lo ha cerrado Boriso Viana, uno de los muchos sobrenombres de Boris Vian, artista nombrado hasta la obsesión en una canción de lalá. Con todo ello he repostado optimismo y he entrevisto a la ciudad como metáfora de un porvenir intergaláctico. Kiss the future.

CARMEN CALVO. “A mí no me repotenció el ego ser ministra”



Una parte importante de su vida gira en torno a un consejo que le dio su madre: “cuando estés en las cosas, concéntrate, que sólo exista eso”. Sobre estas palabras la exministra socialista, ahora de nuevo profesora universitaria, ha desarrollado un aprendizaje que la estructura mentalmente y con el que sortea los cascotes de la dispersión que bombardea nuestro tiempo. Carmen Calvo tiene una vida nueva en varios escenarios -Cabra, Córdoba y Madrid- en la que debutará como abuela de un niño dentro de pocos meses. Aunque asegura que su viaje no está fuera sino dentro de ella, algo de lo que se ha dado cuenta a tiempo y por lo que ha puesto rumbo a su conciencia y autenticidad. Desde la placidez de su elegante ático cordobés, nos ha hablado de su vida con los alumnos de Derecho –de todos los cursos y a los que imparte desde Derechos fundamentales hasta Igualdad- de su antigua vida como ministra o de feminismo, con el bajo continuo de una crisis que esta ilimitada oradora ve como “una versión moderna de la guerra pero sin sangre. La apoteosis de un mundo que se está transformando totalmente y al que la política no sabe responder”.


Texto Marta Jiménez / Foto: Marta Frias
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