La ciencia es un arma cargada de futuro. Lo saben todos menos el Gobierno de España, que al no estar a la altura del conocimiento sigue gastando millones de euros en otras sofisticadas armas, las destructivas, y recortando de casi lo único que construye, tiende puentes y hace avanzar a cualquier sociedad: la investigación. O el I+D+i, ustedes mismos. El viernes se celebró simultáneamente en 350 ciudades europeas La noche de los investigadores, un acontecimiento que también ocurrió en el sur del continente y por vez primera en Córdoba. Una fiesta de la ciencia en la que profanos ciudadanos escucharon microcuentos de boca de científicos vestidos para la ocasión con la bata de la divulgación.
DELITOS Y MÚSICA
Existen dos generaciones en España que han crecido con música en directo a dos pasos de casa. Nativos tanto de grandes conciertos como de la lluvia fina que cala desde los circuitos de salas con música en vivo, también cantera de grupos locales. Córdoba nunca ha sido referente en estas cosas como Granada o Málaga, pero aquí no han faltado ni bares proverbiales -Level, B18, Surferrosa, Freaktown- ni gente inquieta que quisiese ofrecer algo más que cerveza y cubatas en sus locales: cultura a pie de barra.
Aunque no falla. Es llegar el PP a cualquier Ayuntamiento y aparecer los apercibimientos las multas, los precintos y en muchos casos, el cierre de los bares con música o cualquier actividad en directo. Aquí ya ocurrió con el alcalde Merino en el 95, lo recordarán bien los usuarios de los bares del Viaducto, y vuelve a suceder ahora. Curiosamente esto es algo que nunca ha afectado ni a una cruz de mayo que truena durante cuatro días, ni a la semana de cornetas y tambores, ni a las múltiples verbenas populares, ni a los petardazos de las romerías a las ocho de la mañana de un domingo, ni a las campanas que en vez de llamar a misa parecen anunciar un bombardeo. Nada de eso molesta a nadie. Pero a los conciertos en bares insonorizados y a horas conciliables con el descanso, claro que sí.
Una ciudad sin la música de su tiempo es una ciudad triste. En Córdoba estallaría su potencial economía creativa, lo único que no es una burbuja, a la más mínima oportunidad, lo que podría paliar la gran diáspora de jóvenes con talento. Me cuentan que el gobierno municipal está dispuesto a tratar el tema de la música en vivo en los bares. Ya les vale porque anunciaron posicionar a Córdoba como ciudad de conciertos el pasado febrero, durante la asamblea general de la Asociación de Promotores Musicales de España celebrada aquí. Mientras se deciden, existe una plataforma que lucha por ello: ‘Música es vida’. Búsquenla y ayuden a hacer de ésta una ciudad un poco más feliz.
MANOLETE Y LA ANTOLOGÍA DEL MAL GUSTO
Marta Jiménez/Elena Medel: CÓRDOBA, TRAS EL SUEÑO TRUNCADO DE 2016
Conversar unos minutos con sus autoras aviva las ganas de leer “Córdoba 2016: El viaje a ninguna parte”. No sólo porque la recta final de la candidatura cordobesa a Capital Europea de la Cultura tenga tintes de thriller conspiratorio, que también, sino porque en sus voces se resumen diez años de un proyecto ilusionante y decepcionante al mismo tiempo. Un capítulo agridulce de la historia de nuestra ciudad que cada una vivió desde su posición y en diferentes momentos de la misma. Marta Jiménez, como periodista, estuvo relatando esta aventura desde que echase a rodar. Por su parte, Elena Medel fue la encargada de componer el relato que la delegación cordobesa defendió ante el Comité de la Selección de la CEC. El libro es el reflejo de cómo esta ciudad se volcó con un proceso que, según sus autoras, en su última fase estuvo plagado de irregularidades y poco tuvo que ver con la cultura.
“Fue penoso al final, pero durante esos años la ciudad demostró cosas muy positivas que nosotras queríamos reflejar en el libro”